El CVC alerta del empobrecimiento cultural de los valencianos por los recortes y el IVA

El Consell Valencià de Cultura (CVC) es ese órgano que aprueba en el mismo día y en el mismo pleno un informe que alerta de las «consecuencias indeseables» del fracking (técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo) y otro en el que muestra «su preocupación» sobre las consecuencias de la crisis en la cultura. Todo en un par de horas y sin abandonar el Palacio de Forcalló.

El pleno, presidido por Santiago Grisolía, ratificó en primer lugar el análisis de la Comisión de las Artes, que defendió Ana Noguera en ausencia de Ramón de Soto, que se encontraba de viaje. En las conclusiones del estudio, aprobado con el voto en contra del arquitecto José María Lozano, se apunta al «empobrecimiento y marginación cultural» de los valencianos por el «impacto de la crisis económica, los recortes de presupuestos públicos y el aumento del IVA».

Así, el informe habla de «una situación crítica de los sectores profesionales de la Cultura» y de un «descenso de la demanda cultural que está llevando al hecho cultural a una situación de difícil subsistencia» y de que «los recortes públicos en inversiones culturales, unidos al aumento del IVA, amenazan la capacidad de creación y de expresión, así como el uso y disfrute por parte de los ciudadanos», según Noguera.

El estudio recoge que el «descenso de la renta de los ciudadanos, producido por la falta de empleo, sumado a la subida de los precios de los bienes y servicios culturales, junto con los recortes de presupuestos públicos, el aumento del IVA al 21% son las causas de un descenso de la demanda cultural». El informe, no obstante, hizo suyos datos ofrecidos por el Anuario de la SGAE, como que las artes escénicas sufren un «varapalo con la caída de espectadores de cerca del 30% entre el 2008 y 2012 o como que la danza «se encuentra en trance de desaparición» con una caída del 43% de representaciones.

Falta de cifras y datos

El consejero Lozano criticó el informe porque, a su juicio, carecíe de cifras e incluye afirmaciones «que no se han comprobado», matizó. En la documentación facilitada a los medios de comunicación se recogen valoraciones, previsiones y apenas dos datos. No profundiza sus conclusiones en la Comunitat Valenciana, pero el ámbito de estudio y análisis del CVC se circunscribe casi siempre a la autonomía. Dudó del término «consumidor cultural» y de que se «ponga en peligro la creación artística» porque en todo caso, dijo, se realiza en condiciones adversas pero «siempre habrá creación artística».

Lozano también cuestionó la siguiente sentencia que recoge el informe: «La cultura valenciana no escapa de los malos datos, agravados por el trato discriminatorio del Gobierno Central». El arquitecto rechazó tal premisa, algo que provocó el alboroto de algunos miembros de la institución, como Consuelo Císcar y Ricardo Bellveser.

«Sí hay discriminación. El Ministerio concede al Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) una subvención de 900.000 euros frente a los 160.000 que percibe el IVAM. No existe criterio para tal aportación, porque el museo valenciano no sólo tiene mejor colección que el catalán sino mayor veteranía. La discriminación es muy fuerte», apostilló Císcar. Bellveser citó el caso del Palau de les Arts y del Museo de Bellas Artes San Pío V.

Aún así, Lozano pidió la devolución del análisis a la Comisión de las Artes, pero su solicitud no prosperó al ser ratificado en el pleno. Así, a juicio del CVC el Gobierno central ofrece «un trato discriminatorio» a la Comunitat en materia cultural.