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JUAN CARLOS FERRIOL
Miércoles, 4 de diciembre 2013, 08:29
Vídeo: Las últimas horas de la radio y la televisión valencianas
El Gobierno valenciano, a través de la comisión encargada de liquidar RTVV, empleó ayer más de 12 horas para cortar la señal de la Radiotelevisión Valenciana. Una decisión que había comenzado a ejecutarse unos minutos antes de la medianoche del jueves, con la publicación en el Diari Oficial de los nombres de los liquidadores (los encargados de apagar Canal 9) y el acuerdo de cese de las emisiones, y que no finalizó hasta las 12.20 horas de ayer viernes, con el apagado definitivo de la señal. Lo que se había ideado como un proceso para ser culminado por la noche, con el menor impacto mediático posible, terminó convertido en un monumento al disparate, retransmitido en directo desde el principio y hasta el fin por la propia TVV.
Las alarmas respecto a la inmediatez de la medida ya se habían disparado el jueves por la tarde. El nombramiento de los liquidadores de RTVV -los tres que ya ejercen esa labor para la vieja sociedad- en una sesión extraordinaria del Gobierno valenciano confirmaba la celeridad con la que el Ejecutivo que preside Alberto Fabra pretendía abordar este asunto. Tras verse acorralado en el pleno de Les Corts, el PPCV optaba por el camino del medio. La Abogacía de la Generalitat aseguraba disponer de todas las garantías jurídicas para cortar la señal.
Aproximadamente quince minutos antes de la medianoche, el Diari Oficial publicaba una edición especial con el nombramiento de Antonio Hervás, Carlos Cervantes y Pau Pérez Blay como responsables de pilotar el futuro de la empresa hasta su disolución. Era el pistoletazo de salida de un proceso que debía durar unas pocas horas. Unos minutos antes, los tres nuevos responsables ya habían mantenido contacto con Abertis (propietarios de la red de repetidores) y con la policía para diseñar cómo se desarrollarían los acontecimientos.
Pero lo programado no salió exactamente como se pretendía. Aunque la Generalitat ya había advertido de que la prioridad en el corte de la señal estaba en TVV, la primera que desapareció fue la de Nou Ràdio. Eras las 23.49 horas de la noche del jueves. La radio autonómica enmudecía y la noticia corría como la pólvora. El informativo del Nou 24 se hacía eco casi al instante del apagón, y asumía que comenzaba la cuenta atrás para el corte de su propia señal.
Lo que se presumía como una sucesión de acontecimientos razonablemente rápidos comenzó a ralentizarse. El corte de la señal de la radio provocó casi al instante que decenas de personas se desplazaran hasta el centro de producción de programas de Burjassot. Lo que se trataba de impedir, que la afluencia de trabajadores terminara impidiendo el corte de la señal, se hacía realidad.
Durante las dos horas siguientes, la sensación de que los acontecimientos se precipitarían se instaló en el seno de RTVV. Con presencia de la policía autonómica, las puertas del centro de producción de programas quedaban cerradas (tanto para entrar como para salir). A las puertas de Burjassot, decenas y decenas de trabajadores comenzaban a agolparse para tratar de acceder a sus puestos de trabajo.
Puertas abiertas
Sobre las 2.00 de la mañana, una decisión cambió ese escenario. De repente, las puertas de acceso al aparcamiento del centro de programas quedaban abiertas, y los trabajadores agolpados frente a ellas aprovechaban para acceder a las instalaciones. Algunas fuentes indicaron que lo ocurrido había sido fruto de un descuido, aunque otros medios apuntaron a que esa era la única forma de que los liquidadores pudieran acceder al interior.
Con los liquidadores ya en Burjassot, el corte de la señal se anticipaba inmediato. Pero nada de eso. Los dos intentos llevados a cabo en los siguientes minutos para tratar de acceder a la sala desde la que se controla la emisión de la señal resultaron infructuosos gracias a la presencia de varios trabajadores que lograron impedirles la entrada. Ni la presencia de dos agentes de policía hizo posible el acceso.
¿Como desalojar a los trabajadores? La primera decisión que se adoptó fue la de comunicarles, vía correo electrónico, que pasaban a disfrutar de un permiso retribuido y, por lo tanto, debían de abandonar las instalaciones. Eras poco más de las 3.00 de la madrugada. Algunos de los periodistas que recibieron el mail estaban a las puertas del centro de producción de programas de Burjassot y lo mostraron a las cámaras. Otros muchos trabajadores tuvieron que acudir desde sus domicilios a sus puestos de trabajo, en Burjassot y también en Ràdio Nou, a recoger el correo y sus enseres.
Denuncia
Minutos después, los liquidadores optaban ya por la vía judicial. Sobre las 03.00 horas presentaban una denuncia en el juzgado de Paterna en la que solicitaba el desalojo, como media cautelar, de los ocupantes del centro de producción de programas. Se suponía que la resolución sería inmediata. Pero el criterio de la titular del juzgado número 1 de Paterna fue distinto. La juez optó por solicitar un pronunciamiento al ministerio público en relación con la petición planteada. Automáticamente, cualquier acción para tratar de cortar la señal quedaba aplazada hasta que el fiscal respondiera al requerimiento de la juez. Y eso no se produjo hasta pasadas las 08.00 de la mañana. A primeras horas de la madrugada se daba por seguro que el cierre de la señal se produciría antes del amanecer. Los primeros rayos de sol se encargaron de demostrar lo equivocado del pronóstico.
A esas horas, un antenista rebautizado como Paco Telefunken y que había sido llamado para encargarse del corte de la señal comenzaba a convertirse en otro de los grandes protagonistas de la jornada. Aunque llevaba varias horas en las instalaciones, no fue hasta primera hora de la mañana cuando se convirtió verdaderamente en noticia. «Me voy. Yo no voy a cortar la señal», proclamó antes las Cámaras de Nou y en medio del alborozo de los invitados al estudio número 3 de Burjassot -por el que fueron pasando trabajadores y, sobre todo, responsables de los partidos políticos de la oposición hasta que se certificó el corte de la señal-.
El pronunciamiento favorable del fiscal no se hizo oficial hasta pasadas las 10.30 horas de la mañana. Las medidas cautelares quedaban aceptadas y la juez ordenaba el desalojo inmediato de las instalaciones, con la advertencia añadida de que «en caso contrario, se procedería al desalojo del edificio por la fuerza policial». La presencia de agentes de la policía autonómica en el centro de Burjassot se reforzó aún más si cabe. Los trabajadores comenzaron a abandonar sin incidentes las instalaciones, casi al mismo tiempo que la policía accedía a la sala de control de la señal para proceder a su corte. «No teniu vergonya» y «Això és un colp d'Estat», fueron los últimos gritos que lanzaron los empleados desde los pasillos del centro de producción. A las 12.20 horas la señal desapareció de las pantallas. Más de doce horas para llevar TVV a negro.
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