Borrar
Lotería La Lotería Nacional de este jueves reparte el primer premio entre 13 municipios y deja un buen pellizco en la Comunitat
Nidos de cotorras en las torres de Quart, en una imagen de archivo. :: JOSÉ MARÍN
Las cotorras, el nuevo vecino que nadie quiere
Valencia

Las cotorras, el nuevo vecino que nadie quiere

Los ruidos de sus graznidos provocan cada vez más quejas, además del riesgo de caída de unos nidos que pueden llegar a pesar 50 kilos Un censo situará por primera vez las colonias para controlarlas

P. MORENO

Jueves, 19 de diciembre 2013, 02:10

Al igual que ocurre en otras ciudades, las cotorras, esos pájaros que parecen tan simpáticos con sus colores brillantes, han comenzado a ser un problema en Valencia. Por ese motivo, el ayuntamiento ha decidido encargar un censo el próximo año de estos animales y empezar un control de la población.

Así lo indicaron ayer fuentes de la concejalía de Sanidad, que se encarga de la avifauna y la erradicación de plagas. Todavía es prematuro hablar de esto último en lo que respecta a las cotorras, aunque seguro que muchos vecinos lo consideran así.

La cotorra argentina, la de Kramer, la gris, en cualquier de sus variedades puede verse bandadas de estos pájaros en el entorno de monumentos, jardines y zonas de huerta. En las pedanías más cercanas a Valencia, como es el caso de Font d'En Corts, saquean las cosechas cuando todavía no han empezado a aparecer ni los brotes.

¿Qué hacer ante esta situación? Fuentes de la empresa Lokímica, contratada por el consistorio para el control de aves, ratas e insectos, indican que el mapa de las principales colonias de cotorras en Valencia será el preludio de una inspección periódica de los nidos, para reducir el número de ejemplares.

La manera más sencilla es pinchar los huevos pero sin retirarlos del nido. «Así las hembras siguen incubándolos durante un tiempo y no ponen más». La reproducción es menos numerosa que en el caso de las palomas, aunque con esta labor se quieren erradicar las primeras quejas de los vecinos. La primera protesta llega por el ruido de sus graznidos, aunque existe un riesgo mayor y es el gran peso que tienen los nidos donde viven.

En los jardines de Viveros, los técnicos de Estudi Verd, anterior contrata de control de avifauna en Valencia, retiraron una construcción de este tipo de 50 kilos de peso, aunque se han dado casos de nidos que superan los cien kilogramos.

Fuentes de Lokímica indicaron que los cambios en la normativa han favorecido que se pueda aplicar un correctivo al crecimiento de las colonias. Las cotorras han pasado de ser una especie exótica que era comprada en muchas casas como distracción a propagarse como un ave invasora que poco a poco se enfrenta a las palomas y las tórtolas, entre otros competidores de comida.

Según el último censo realizado, la ciudad acoge unos 40.000 ejemplares de estas dos últimas especies. Lokímica ha puesto en práctica este año un novedoso sistema de captura, que consiste en unas cajas que despliegan redes a gran velocidad, por lo que pueden atrapar a decenas de ejemplares de una vez.

Los monumentos son también lugar habitual de avistamiento de cotorras. Es el caso de la iglesia de los Santos Juanes, en la parte exterior de la capilla de la Comunión. Pero donde resultaron un problema fue en la restauración de las torres de Quart, debido a que se habían adueñado de los agujeros dejados en la fachada por los cañonazos franceses en la guerra napoleónica. Para evitar los nidos, los restauradores recurren a rejillas metálicas, púas, cables eléctricos de baja intensidad y hasta altavoces que reproducen el ataque de sus depredadores.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Las cotorras, el nuevo vecino que nadie quiere