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CARMEN VELASCO
Miércoles, 8 de enero 2014, 15:32
El Palau de les Arts comienza el año tal y como despidió 2013: cerrado. Mientras la Generalitat busca depurar las responsabilidades por los desprendimientos del revestimiento cerámico de la cubierta del edificio y decide si emprende medidas judiciales contra el arquitecto Santiago Calatrava o contra la UTE encargada de la obra, los damnificados por el cierre del coliseo se multiplican. Los primeros afectados fueron los turistas, que se ven obligados a tomar instantáneas del edificio detrás de las vallas o fotografías del auditorio sin el blanco trencadís en un frontal.
A los visitantes de la Ciudad de las Artes y las Ciencias se les suma el público de Les Arts. Los melómanos valencianos recibieron una mala noticia cuando el auditorio lírico anunció que las representaciones de 'Manon Lescaut', de Puccini, programadas para los días 1, 4, 7, 9, 12, 15 y 18 de febrero «han sido canceladas».
El centro de artes valenciano «se ha visto obligado a adoptar esta decisión por motivos de seguridad». El coliseo retomará su programación lírica y sinfónica «cuando haya garantía total de seguridad para el acceso al público», según un comunicado de Les Arts en el que no se citan fechas ni plazos. Tanto en el coliseo como en la Generalitat no detallan cuál es la solución a la caída del trencadís y cuándo estará operativo la casa de la ópera.
Ante esta situación, la temporada lírica está amenazada. En principio sólo se ha caído del calendario la ópera de Puccini, bajo la dirección de Plácido Domingo, pero nadie garantiza que 'L'italiana in Algeri' de Rossini, cuyo estreno está previsto para el 23 de febrero, se lleve a cabo. Este espectáculo también se desarrolla en la sala Principal y se representaría tan sólo cinco días después de 'Manon Lescaut'. Para los ensayos de la pieza de Rossini, se necesita que el recinto esté accesible a principios de febrero.
Recuperar la normalidad cuanto antes es el objetivo de las consellerias de Cultura y Economía, pero no manejan plazos. Todo depende de los informes técnicos, sostienen. Y la normalidad del coliseo sólo se respira en la web, donde no se anuncia la cancelación de las funciones de 'Manon Lescaut' aunque tampoco permite comprar entradas. Sí se pueden adquirir los tickets para la pieza de Rossini, para 'Simon Boccanegra', 'Maror' y el concierto de Ottavio Dantone con la Orquesta de la Comunitat.
La web informa del traslado temporal de las taquillas. Así, hasta el 30 de enero de 2014, el servicio de venta y atención presencial s se traslada a las oficinas anexas situadas en el Paseo de Arbotantes, al cual se accede desde la entrada principal del público bajando por las escaleras o por el ascensor. Además, Les Arts comunicará en breve del procedimiento para el reembolso del importe correspondiente a los abonados y afectados por la compra de localidades de 'Manon Lescaut'.
Otros de los damnificados por el cierre son los locales de restauración de recinto. Tanto la cafetería La Octava como el restaurante Contrapunto están cerrados hasta el 6 de enero por descanso vacacional, pero el 7 de enero estaba previsto su apertura. Si el Palau de les Arts continúa cerrado la próxima semana, algo más que probable dado que las taquillas se han cambiado de ubicación al menos un mes, es posible que los restaurantes también permanezcan con las puertas cerradas y sin poder servir al público. Desde el Palau de les Arts contactarán con los responsables de los locales para comunicarles la situación y tratar de llegar a algún acuerdo. A día de hoy resulta improbable que la próxima semana vuelvan a abrir los establecimientos.
El edificio tampoco está disponible para los músicos. Afortunadamente el cierre temporal del edificio ha coincidido con la gira por China de la Orquesta de la Comunitat. Hasta la semana del 13 de enero, los músicos no estarán en Valencia. A partir de aquí, habrá que habilitar una zona de ensayo para la formación si de verdad se quiere salvar la temporada.
El malestar entre los trabajadores de Les Arts, al margen de los músicos, es manifiesto porque, indican, los problemas con el revestimiento cerámico es una cuestión que se arrastra desde hace más de un año. Los abombamientos o arrugas del edificio, que se percibieron hace meses y fueron analizados por técnicos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, se han convertido ahora en desprendimientos de trencadís que han obligado a clausurar el inmueble.
Viabilidad económica
Al margen de los desprendimientos, el otro foco de atención del Palau de les Arts recae en la viabilidad económica. La primera medida que se deberá tomar será ejecutar la reducción de la plantilla a través de un ERE que debía haberse hecho efectivo antes de terminar el año. La segunda decisión, para evitar los desmanes, es nombrar un director económico que controle a Helga Schmidt y por el que tendrán que pasar todas las decisiones financieras. El Palau de les Arts no puede erigirse como símbolo del derroche en una época en la que desde Presidencia se insta a la austeridad y eso en Cultura lo saben.
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