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Basílica. Tejas clásicas en la restauración del tejado de la Virgen. / LP
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La empresa tiene más de 114 años y acapara reconocimientos a su capacidad innovadora para acomodarse a tareas de rehabilitación y exigencias modernas La firma valenciana Borja, que fabrica en Llíria, exporta el 60% de sus tejas a los cinco continentes

VICENTE LLADRÓ

Martes, 21 de enero 2014, 02:06

La Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida (Hispalyt) acaba de galardonar a la empresa valenciana Tejas Borja con el primer premio del concurso 'Arquitectura Teja Cerámica', por su aportación de materiales singulares en las obras de rehabilitación de las Atarazanas de Barcelona.

Tejas Borja es una empresa que ha rebasado con creces el siglo de existencia (tiene más de 114 años de existencia) y ha conseguido últimamente otros premios que reconocen su trayectoria y sus logros en los mercados nacionales y de todo el mundo, como el de 'Empresa Centenaria' y de la 'Internacionalización', de la Cámara de Comercio, y el 'Alfa de Oro' de la feria Cevisama.

Esta empresa familiar que ya va por la quinta generación comenzó en 1899 como un pequeño negocio de alfarería artesanal. Nació en Alicante, pero su necesidad de crecer la llevó varias décadas después (en los años 80 del pasado siglo) a trasladarse a la ciudad valenciana de Llíria, comprando y ampliando unas instalaciones fabriles que también se dedicaban a producir ladrillos y tejas. De esta manera, además de crecer, la firma conseguía estar más cerca del aprovisionamiento de materias primas (arcillas de la Serranía) y también del puerto de Valencia, puesto que un objetivo primordial era diversificar mercados y abrirse más al exterior.

Según Antonio Riera, director comercial de la casa, la idea de los actuales responsables de la misma, los hermanos Pablo y Andrés Casanova Ramón-Borja, era convertirse en «un referente en innovación para vestir tejados». Para ello no han cesado de ampliar y perfeccionar modelos y sistemas de fabricación, aunando tradición con modernidad.

Si el primer dueño de la firma, el abuelo del abuelo de los actuales gestores, ya enviaba producción a Galicia en barcos de vela, en la actualidad las tejas de Borja están presentes en los cinco continentes. La expansión ha sido paulatina: primero España, luego Francia y otros países de Europa continental, norte de África y América, y las últimas incorporaciones son Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña e Irlanda, donde triunfa especialmente su modelo 'Flat 10 León' que imita con éxito la textura de la pizarra.

El proceso de internacionalización, basado en la adaptación a cada tipo de cliente, hace que estén presentes en 65 países y que exporten el 60% de su producción, lo que supone el 40% de la exportación nacional de tejas. En los años del boom de la construcción llegaron a producir unos 150 millones de unidades anuales y ahora están en el 70%.

La calidad y diversificación de sus productos les hacen ser especialmente demandados para restauraciones peculiares, como el Mercado Central, la Lonja, el Hospital de Malvarrosa o la Basílica de la Virgen de Valencia, o las Atarazanas y el Mercado del Born de Barcelona.

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