Los bancos acorralan a Gandia

Gandia está sufriendo las consecuencias de la controvertida gestión ecómica del PSPV durante las últimas legislaturas. La ciudad se enfrenta a un embargo de terrenos y solares por parte de una entidad bancaria, que reclama el pago de un crédito de cinco millones que no se ha saldado pese expirar el plazo de abono en varias ocasiones.

El banco donde se solicitó el dinero acudió a la justicia para exigir el pago y un tribunal ha autorizado el embargo de terrenos para saldar la deuda municipal.

Es la primera vez que el municipio atraviesa por una situación de este tipo, aunque todos los políticos echan balones fuera. El gobierno del PP culpa a los socialistas, mientras que el PSPV afirma que los populares no han querido afrontar ni un sólo pago de la época anterior. Compromís también se pronuncia, pero ve igual de culpables a populares que a socialistas.

El producto financiero en cuestión es una póliza de tesorería. Este tipo de créditos era muy habitual en la época en que José Manuel Orengo, ahora concejal de Gandia y también diputado provincial, fue alcalde. Su mandato se extendió entre 2003 y 2011, primero gobernó con el Bloc hasta 2007 y después con un grupo de disidentes del Partido Popular que crearon Plataforma de Gandia.

Los socialistas reconocían durante sus gobiernos casi con orgullo que solicitaban estos préstamos. Pero tanto Orengo como la responsable de Hacienda, Ana García, aseguraban que eran «productos habituales» de los que hacían uso «todas las adminstraciones». Tenían razón, era una práctica que se repetía en Ayuntamientos y otras entidades públicas. El problema es que no se ha devuelto el dinero.

Ni el PSPV primero, que abandonó el Ayuntamiento de Gandia tras perder las elecciones en mayo de 2011, ni el Partido Popular después, que gobierna con mayoría absoluta, han hecho frente a los pagos de este préstamo y otros créditos pendientes con entidades bancarias.

El gobierno socialista solicitó los cinco millones en marzo de 2009. El contrato que se alcanzó con un banco obligaba a la administración a devolver esta cantidad en un año. Pasaron doce meses, pero el ejectivo de Orengo no retornó la cantidad. Entonces el pago se aplazó otro año, con los consecuentes intereses. Esta jugada se repitió en 2010. En marzo de 2011, unos meses antes de elecciones, el PSPV volvió a incumplir el abono y tramitó un nuevo aplazamiento, en esta ocasión de tan sólo seis meses.

En medio de esa prórroga, el PP ganó las elecciones y entró al ayuntamiento como elefante en cacharrería. Los populares desempolvaron libros y cajones y afloraron decenas de micropréstamos solicitados por los socialistas.

La deuda de Gandia es ahora de unos 233 millones, entre créditos a corto plazo, préstamos y pagos a proveedores. Todo esto propició que el gobierno de Arturo Torró se acogiera a varios planes de pago a proveedores del Estado y también reclamara al Ministerio de Hacienda trato especial para Gandia al ser uno de los municipios más endeudados de España.

Todo esto ha crispado los ánimos, sobre todo entre el alcalde y los socialistas. El edil del PP sostiene que la gestión del PSPV durante décadas ha llevado a la quiebra económica, mientras que los socialistas afirman que Torró no ha tenido intención de pagar ni un sólo crédito desde que llegó al cargo para costear otros menesteres. Los socialistas los llaman 'saraos' y se refieren a los actos que se organizan en la playa para atraer turismo, entre ellos eventos deporivos o conciertos en la época estival.

En cualquier caso, Gandia tiene ahora autorización del Ministerio de Hacienda para renegociar créditos y préstamos y poder devolverlos hasta en 50 años, pero perderá un número de terrenos y parcelas, aún por determinar, para saldar la deuda de cinco millones que se arrastra desde 2009.