Fátima Diame se ajusta la corona

La casualidad, como en tantos y tantos deportistas, le ha dado al atletismo una joya. Fátima Diame, siendo una niña, paseaba con su padre por Valencia y de repente descubrió una pista de atletismo en el río. Allí vio a los jóvenes correr, saltar y lanzar. Aquello le encantó y le pidió a su padre que la dejara probar. Así es como acabó al lado de Martina de la Puente. Tiene guasa la historia porque Martina fue plusmarquista nacional de lanzamiento de peso, pero su alumna brilla en todo menos en los lanzamientos. Es muy rápida, apunta como una saltadora de longitud de talla internacional y se defiende con habilidad en las vallas altas. Todo menos lanzar.

Aquella niña creció y hoy, con 17 años, es una de las principales promesas del atletismo español. Aún es júnior de primer año pero ha salido de los Campeonatos de España absolutos con dos medallas de oro. Como nadie más ha hecho. El sábado venció y mejoró su plusmarca en longitud (6,29) y ayer repitió el triunfo en los 60 metros lisos (7.44) por delante de Alazne Furundarena y la también valenciana María Martín-Sacristán (bronce con 7.54).

Diame, que después de Martina se forjó con Manolo Arnás, director de la escuela del València Terra i Mar, está ahora en manos de Rafa Blanquer, quizá ante uno de sus últimos grandes talentos naturales de su larga y exitosa carrera como entrenador (solo en longitud tuvo una campeona del mundo, Niurka Montalvo, y una campeona del mundo júnior, Concha Montaner). La atleta de 17 años pareció encajar los éxitos con naturalidad. Le hizo casi más ilusión verse en la pantalla del pabellón que recibir su segundo oro. «No me lo esperaba», aclaró esta alumna de Segundo de la ESO que pretende estudiar Biología.

Sabadell ha encumbrado a varias promesas. Como Ana Peleteiro, quien, como hace cuatro años, cuando se proclamó campeona del mundo júnior en Barcelona, acabó su concurso llorando porque acaba de confirmar que había que seguir teniéndola en cuenta. La gallega lograba su primer título absoluto con dos récords de España júnior (13,85 y 13,91, a dos centímetros de la plusmarca europea). En esta final hubo una saltadora valenciana de 16 años (aún es juvenil), Ana Garijo, que terminó en un brillante octavo puesto.

Hubo más, como el alicantino Jorge Ureña, compañero de entrenamiento de Eusebio Cáceres en Onil, quien batió el récord de España promesa de heptatlón (5.768 puntos, 69 más que la anterior plusmarca de Álvaro Contreras). Ureña, nuevo campéon nacional, mejoró sus topes en 60 metros (6.99) y, por dos décimas, en 60 m vallas (7.91).

Laura Méndez protagonizó una de las escenas más impactantes del fin de semana. La mediofondista valenciana fue muy valiente en la final de 1.500 y tiró desde el principio, como una genuina 'frontrunner', hasta que la superaron la favorita, Isabel Macías, y Solange Pereira. La pupila de Manolo Ripollés en Sagunto resistió apretando los dientes hasta la recta y cuando vio que perdía el bronce, se desplomó a 20 metros de la meta. Volvió a levantarse y, sacando fuerzas de donde no había, logró cruzar la línea de llegada en quinta posición para volver a dejarse caer. Lo dio todo y necesitó salir en camilla de la pista. No obtuvo recompensa pero seguro que esta atleta será difícil que alguna vez se quede con la sensación de no haberlo intentado.

La gran decepción llegó en el salto de altura. Miguel Ángel Sancho llegó lesionado y estuvo durante toda la final fuera de concurso. El valenciano se tuvo que conformar con unos míseros 2,10 -falló sus tres intentos sobre 2,17- que le valieron el quinto puesto. El castellonense Dani Anglés concluyó cuarto (18,33) en una final de peso en la que Borja Vivas sentenció el concurso en el primer lanzamiento, con una marca de 20,51 (su mejor registro de siempre) que le coloca decimotercero en el ranking mundial del año.