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MIKEL LABASTIDA
Miércoles, 26 de febrero 2014, 01:03
Los problemas en el Palau de les Arts no se quedan únicamente en su fachada, ahora totalmente al descubierto sin restos de trencadís. En el interior del edificio sobre los trabajadores planea desde hace meses un ERE que no termina de resolverse. Debía haberse consumado antes de finalizar 2013, después de que en noviembre del año pasado los sindicatos del auditorio y la conselleria de Cultura firmaran un primer acuerdo según el cual se establecía el despido de 40 empleados y el ahorro de cuatro millones de euros.
Una serie de escollos han impedido que el expediente de regulación de empleo avanzase. El más peliagudo era la decisión de convertir a la plantilla en fijos discontinuos, algo que no terminaba de convencer en la conselleria de Economía y Empleo, temerosos de que esta cláusula pudiese ocasionar problemas legales después como ha ocurrido con otros EREs. La propuesta era cerrar el Palau de les Arts durante tres meses (del 15 de junio al 15 de septiembre) y establecer un cambio contractual entre los empleados. Para ello a éstos se les planteaban dos opciones: no trabajar durante dos meses al año, en los que cobrarían del paro, o mantener la condición de indefinido pero reducir el horario en 300 horas y cobrar 12 pagas en lugar de 14.
Ante las dificultades de poder ejecutar esta medida la Conselleria de Cultura ha planteado ahora al comité de empresa una nueva medida, que ayer explicó a los trabajadores el recién estrenado director financiero del auditorio, Francisco Potenciano, y que será abordada hoy en una asamblea. La iniciativa pretende mantener la actividad en el Palau de les Arts durante todo el año (excepto el mes de vacaciones), pero a la vez no variar el ahorro previsto de cuatro millones mediante una rebaja salarial lineal del 8% a todo el personal, incluida la intendente, Helga Schmidt.
De este modo se conseguirían dos objetivos. Por un lado, desbloquear el ERE e iniciar cuanto antes el ahorro previsto y, por otro, disponer del Palau abierto el máximo tiempo posible. Esta medida encaja con la política que quiere llevar a cabo Potenciano, el funcionario que ha llegado al coliseo para controlar las cuentas de Helga Schmidt. Su propósito es buscar vías para aumentar la ocupación de los espacios de Les Arts con el fin de explotar todas sus posibilidades de gestión. No es el primer alto cargo que llega al Palau con la intención de dar vida a un edificio con escasa actividad. Aunque al final siempre se quedan en buenas intenciones. En esta ocasión no se ha especificado si la forma de incentivar distintos usos a los espacios del auditorio se hará mediante cesiones a empresas privadas (como con Stage Enterteinment y 'Los Miserables') o asumiendo la programación de actos que no tengan nada que ver con la ópera.
Lo que no cambia en la nueva versión que se ha presentado del ERE es la meta de ahorro (alrededor de cuatro millones de euros, según se cifró en su momento) y los 40 despidos -frente a los 120 que se barajaron en el principio de las negociaciones-.
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