

Secciones
Servicios
Destacamos
MARINA COSTA
Sábado, 29 de marzo 2014, 01:39
Ha habido que hacer malabarismos para que el colegio de Lloma Llarga haya permanecido durante cuantro años simultaneando clases y obras. A puertas del inicio del nuevo curso, la situación ha empeorado. El promotor de la obra no puede continuarla por los impagos que se le adeudan. La suma supera el millón de euros.
Hace un mes se obtuvo el compromiso de la Generalitat para el pago «inminente» de la deuda, pero no se ha producido. La previsión era que el centro pudiera estar terminado para el inicio del próximo curso. «Por fuera está casi concluido, el problema está en los equipamientos. Esto afectaría a aulas que deberían estar listas para acoger a los alumnos y no lo van a estar», señalan fuentes próximas al proyecto.
Desde el Ayuntamiento de Paterna se espera que este asunto «pueda solucionarse lo antes posible. Somos conscientes de las dificultades del momento actual, pero estamos convencidos de que la Generalitat Valenciana resolverá la cuestión lo antes posible. Se trata de una infraestructura educativa clave en el municipio, construida con mucho esfuerzo y buena voluntad por parte de todos». El colegio, sito en un barrio de 7.000 vecinos muy joven con niños en edad escolar, abrió sus puertas en septiembre de 2011 con dos aulas que albergaban a 75 alumnos de primero y segundo de Infantil. Restaban entonces 16 de las 18 clases que, si concluyen las labores, tendrá el edificio.
Desde entonces la promotora ha trabajado en las obras del centro, mientras los pagos llegan tarde y con dificultad. El camino no ha sido fácil desde el principio, pues tras «muchas gestiones», el Ayuntamiento logró que la Generalitat incluyera la construcción del centro escolar del barrio de Lloma Llarga en el Plan Confianza, en el que, a priori, no cabían prestaciones educativas.
Tras superarse el primer escollo, llegó la crisis y la falta de liquidez de la administración. Los impagos se fueron subsanando «con buena voluntad e imaginación». A medida que se trabajaba y se terminaba una instalación, se llenaba de niños. El hecho de estar trabajando en un centro educativo con alumnos no ha sido tarea fácil. Los alumnos han estado siempre en zonas terminadas y el espacio físico de las obras siempre ha estado bien delimitado.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mastodonte de Las Contiendas y las diferencias con un mamut
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.