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Una de sus imágenes míticas.
'El Cuerpo' cumple 50 años
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'El Cuerpo' cumple 50 años

Elle Macpherson, icono de la moda en los 90, tiene demasiadas curvas para los estándares que dicta hoy la pasarela

YOLANDA VEIGA

Domingo, 30 de marzo 2014, 16:26

AElle Macpherson (Sídney, 1964) le sobra de arriba, de abajo y de el medio. Los tres dígitos mágicos (91-64-89) que esculpieron 'El Cuerpo', como apodaron a la australiana, parecen hoy una matrícula fuera de la circulación. La 'chica de la playa' ha 'perdido las formas' y resulta un pelín curvada, muy exuberante, demasiado femenina para la fiebre actual por las «tísicas», modelos con ojeras y poca chicha en la línea de Kate Moss. Macpherson fue una de las cuatro integrantes del 'dream team' de la pasarela en los años 90, junto a Cindy Crawford, Naomi Campbell y Claudia Schiffer, la capitana del grupo y la favorita. Elle es la mayor de las cuatro y hoy cumple 50 años que parecen menos. Ya no está en la Primera División pero sigue siendo una máquina de generar dinero. Sale en series y programas de televisión (participó en cinco episodios de 'Friends' interpretando a una novia de Joey), le llaman para papeles secundarios en el cine (ha trabajado con Hugh Grant, Ben Stiller, Anthony Hopkins...), y se hincha a vender sujetadores (entre 20 y 55 euros), bragas (desde 14) y pijamas (189 el más caro) de su línea de lencería Elle Macpherson Intimates. Además, sigue de luna de miel con el millonario Jeffrey Soffer (44 años), con el que se casó en agosto. Y tiene a los niños: Arpad Flynn (15 años), y Aurelius Cy Andre (10) criados.

La edad y las modas la han retirado de la pasarela, ese lugar inhóspito para «los bellezones clásicos» como Elle, que perdieron su hueco hace diez años, cuando las chicas «musculadas» dejaron de gustar «a los modistos» del siglo XXI, que elevaron a la élite «a las huesudas», lamenta Rosa Álvarez, gestora de proyectos de la agencia Top Model Elite, una referencia indiscutible en el negocio. Las chicas de su agencia que más trabajan son las que pesan en torno a 50 kilos, miden de 1,75 para arriba y no pasan del 85-58-85 (pecho, cintura, cadera), que el 90-60-90 ha quedado desfasado. «Ahora se lleva lo andrógino, chicas con ojeras y rostro enfermizo que parecen hombres y que llevan el pelo corto. ¿Cuántas modelos hay con una melena como la de Macpherson?». Esta moda por los «sacos de huesos», dice, se está extendiendo también a los hombres. «Ellos siempre han sido corpulentos y musculados, pero cada vez gusta más el chico menudito, arreglado, con cierto aire de mujer en el rostro. Se está invirtiendo todo».

La reina de la sandalia plana

Elle Macpherson no podría reeditar hoy el éxito que tuvo en los 90. Pero puede estar segura de que nadie va a ocupar su hueco. Las grandes top actuales (Miranda Kerr, Cara Delevingne, Alessandra Ambrosio, Adriana Lima, Gisele Bündchen, Natalia Vodianova...) salen en los catálogos, no tanto en las revistas del corazón y en la tele, como sus predecesoras. «Su fama era comparable a la de los futbolistas. Gustaban a todo el mundo y también interesaba su vida personal, si se casaban, si tenían hijos... Las chicas ya no quieren imitar a las modelos. Ahora sus referentes son las actrices y las cantantes», anota Álvarez.

Aunque para las del gremio, Elle Macpherson y sus contemporáneas siguen siendo una institución. «Ha sido una de las grandes. Quizá otras eran más fotogénicas, o más camaleónicas, pero Elle tenía un simbolismo propio. Era el prototipo de mujer sana con curvas, una belleza clásica, fresca y deportiva. La típica chica que todo el mundo querría encontrarse por la playa. Ha hecho honor a su apodo, 'El Cuerpo', porque en biquini estaba impresionante», le reconoce la modelo española Nieves Álvarez, que apunta a la «naturalidad» de su imagen como el principal valor de la australiana. «Ella pierde con maquillaje».

Una consideración que comparten los expertos: «Está mejor con ropa casual que vestida de noche y es la que mejor lleva las sandalias planas, ¡hasta en la alfombra roja!», se maravilla Guadalupe Cuevas, asesora de imagen y directora de Fashion Assistance. Esa frescura clásica «la ha sabido explotar muy bien», abunda en la misma idea Nieves Álvarez, aunque ella se confiesa más fan de Linda Evangelista. «Es una modela camaleónica, te sorprende».

Nieves Álvarez cumple mañana 40 años -«haré una fiesta en casa con amigos»- y dice no sentir la presión de la edad. «Es solo un número. No me asustan las arrugas, porque forman parte de mis gestos». A Macpherson le empezaron a asustar y recurrió al botox. Una y no más: «Lo he probado, pero no me sirvió de gran cosa», reconoció la top en las revistas. «También ha pagado su precio por haber estado expuesta al sol tanto tiempo, porque la piel del escote y los brazos tienen un exceso de pecas y manchas», le afea Guadalupe Cuevas.

Refugiada en el alcohol

Lo del botox y el bronceado fueron dos deslices. Pero el error de su vida fue sucumbir al alcohol. Macpherson sufrió depresión post parto después de dar a luz a su segundo hijo -tuvo dos niños con el financiero francés Arpad Busson y una hija adoptada en Italia- y estuvo sometida a una gran presión para perder peso después del embarazo. En 2003 ingresó en una clínica de Arizona para curarse su adicción: «No hay nada malo en pedir ayuda», reconoció entonces. En 2005 se separó de Busson, actualmente casado con la actriz Uma Thurman (dicen que Elle siguió enamorada de su ex mucho tiempo, y este 'triángulo' ocupó muchas páginas en el cuore). Era la segunda relación fallida porque anteriormente estuvo casada con Gilles Bensimon, fotógrafo y mánager creativo de la revista 'Elle', con quien contrajo matrimonio cuando tenía solo 21 años.

El curriculum amoroso de la maniquí australiana se amplió en 2008, cuando empezó a salir con un joven de 21 años (ella tenía 44). Y en 2010 conoció al millonario Jeff Soffer, con quien se casó en agosto en Fiyi. Su marido es el heredero de un imperio inmobiliario, pero no parece que haya en la relación este tipo de interés. Y si lo hay, es mutuo. Porque en 1997 Macpherson era la maniquí que más cobraba del mundo, y tenía una fortuna valorada en casi 30 millones de euros. Abrió un negocio de lencería y se embarcó en el negocio hostelero con Claudia Schiffer, Christy Turlington y Naomi Campbell, que se asociaron para abrir el restaurante Fashion Café. «Tiene un cuerpo de escándalo y una mente para los negocios», valora Guadalupe Cuevas, que sigue viendo en esta mujer ya madura a aquella 'beach girl': «Parece haber nacido para vivir en la playa».

Aunque también le gusta la montaña: «Sus estilismo de esquí en Aspen son muy alabados. Le gustan los sombreros de piel con orejeras para la nieve y las botas forradas de pelo». Aunque como mejor está es de «hippie chic»: vaqueros, faldas largas, sombreros de paja, botines de cow-boy, bolsos con estampados y pulseras tribales. «No es tan esclava de su estupenda figura como otras famosas, así que lo mismo lleva unos pitillos o un ceñido vestidito negro, que algo más holgado que no deje entrever la forma de su cuerpo». La forma de 'El Cuerpo'... casi nada.

Sus credenciales: Tiene una altura de 1,83 y sus medidas son 91-64-89. Usa una talla 36 de ropa y calza un 40. Tiene los ojos marrones y el pelo castaño c laro.

El apellido:. Eleanor Nancy Gow. Nació en el barrio playero de Cronulla de Sídney, en Australia, el 29 de marzo en 1964. Es la mayor de cuatro hermanos. Sus padres se divorciaron cuando ella tenía 14 años. Su madre se volvió a casar con Neil Macpherson, y Elle adoptó el apellido de su padrastro.

Su descubrimiento: Estaba de vacaciones en Aspen (Colorado) cuando la descubrieron los de la agencia de modelos Click.

Iba para abogada: Elle estudió un año de Derecho en la Universidad de Sídney, pero lo dejó por su carrera.

El episodio en el avión: En 2002, regresaba a Londres después de participar en el Festival de la Moda Australiana y en el avión pidió que le dejaran un pijama blanco, su color favorito. No tenían una prenda de ese color pero le ofrecieron otro, que ella rechazó de forma airada. Los pasajeros la tacharon de «diva engreída».

¿Otro 'Cuerpo'?: En 2006 la modelo alemana Heidi Klum reclamó también para ella el apodo de 'El Cuerpo'. Elle fue bautizada así en 1986 por la revista 'Elle'.

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