La urbanización Faro del Mediterráneo de Cullera, sin agua tras el corte del suministro

Lo que les quede en los depósitos. Esa es la cantidad de agua potable que tienen los vecinos de la urbanización Faro del Mediterráneo de Cullera después de que en la mañana de ayer se concretara el corte del suministro. No hubo, como el pasado verano, un acuerdo de última hora, en aquel caso los vecinos anunciaron una asamblea para debatir esta cuestión.

Y el corte del suministro se produjo de manera callada y sin protestas por parte de los vecinos, quienes han lanzado sus quejas en los últimos días contra el Ayuntamiento, por considerar que ha sido quien ha generado esta situación.

Los vecinos explicaron ayer que están analizando el modo y la instancia ante la cual presentarán sus reclamaciones legales, decisión que ya habían anunciado el pasado viernes. «No sabemos aún la fecha, estamos realizando un trabajo jurídico para revertir lo que creemos es una injusticia», destacaban fuentes del colectivo.

Los propios vecinos son conscientes «de que vamos a estar algún tiempo sin agua. Eso lo sabemos, pero vamos a tratar de reclamar para conseguir lo mejor para nosotros».

Desde la empresa no se quisieron realizar valoraciones sobre la decisión, pero sí que ésta se mantendrá hasta que haya algún tipo de acuerdo o decisión que les permita abrir de nuevo el grifo.

La deuda de más de 185.000 euros y el hecho de que no hayan recibido dinero alguno durante los últimos cinco años ha llevado a Aigües de Cullera a tomar una decisión que ya comenzará a sentirse entre los vecinos que acudan a su apartamento durante estas vacaciones de Semana Santa. La propia empresa calificó de «insostenible» la situación, «puesto que en los últimos años hemos hecho un enorme esfuerzo de inversión para incrementar el rendimiento de la red y mejorar las instalaciones». Este «esfuerzo inversor», prosiguieron, «se ha visto afectado por el alto nivel de deuda de esta urbanización». Asimismo, recordaron que ya han acabado las obras de conexión con el sistema de agua en alta de la Ribera «y en breve se tendrá que asumir el sobrecoste que implica comprar agua de calidad procedente de la potabilizadora de la Garrofera en Alzira. No es aceptable que esta urbanización siga sin sufragar su parte de los costes del servicio, que recae sobre el resto de los vecinos».

Por último, insistieron en su voluntad de buscar fórmulas para que el pago de la deuda se efectúe de una manera que los vecinos puedan asumirla.

Por su parte, LAS PROVINCIAS se puso en contacto en la jornada de ayer con el propio Consistorio cullerense, quien no realizó manifestación alguna sobre las acusaciones de los vecinos ni sobre el corte del suministro a una parte del término municipal.