Menús gourmet en los hoteles más solidarios
Cocinas de cuatro cadenas hoteleras repartirán hasta 50 comidas cada día a las personas más necesitadas en el Cottolengo del Padre AlegreLa iniciativa, cuyo acuerdo es indefinido, nació en Madrid y ha distribuido más de 500.000 raciones
CARLOS GARSÁN
Miércoles, 23 de abril 2014, 02:24
La primera furgoneta con menús de hotel con destino al Cottolengo de Padre Alegre se puso en marcha por primera vez ayer por la mañana. Los fogones de algunos de los edificios más lujosos de la Comunitat cambiaban a sus comensales en una jornada en la que daban comienzo a su proyecto más solidario. Hasta medio centenar de raciones se enviarán cada día al centro social, que atiende a personas sin recursos y enfermas desde su fundación en 1943, como parte de la campaña ALPAN (Alimentos para necesitados).
Pero esta campaña, al contrario que los alimentos que rebosan las neveras de cada cocina, no tiene fecha de caducidad, ya que la colaboración entre las cadenas hoteleras y el centro se ha cerrado de forma indefinida. La iniciativa comenzó en 1999 en Madrid, de la mano de Rotary Club, y ha repartido en los últimos años más de 500.000 raciones. Cada día de la semana un hotel diferente se encargará de preparar una comida equilibrada y variada para los usuarios del Cottolengo de Padre Alegre.
Las religiosas de la congregación Servidoras de Jesús, en el barrio de Benimaclet, son las encargadas de recibir cada día una furgoneta que, en contenedores isotérmicos, guardará medio centenar de menús con primer plato, segundo plato, pan y postre. Los equipos de cocina de cuatro cadenas hoteleras y una de servicios generales tendrán que contar, un día a la semana, con 50 comensales extra. Los lunes los menús saldrán del Meliá Plaza, los martes del SH Valencia Palace, los miércoles del NH Center, los jueves de los fogones de Las Arenas y los viernes de ISS.
El centro social del Cottolengo del Padre Ángel atendía históricamente a las personas más necesitadas del barrio del Carmen, donde fue fundado en 1943. Sin embargo, y tras la riada de 1958, se trasladó a Benimaclet, donde sigue funcionando más de siete décadas después y recogiendo a personas necesitadas y enfermas.
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