Cañizares intensifica su agenda en Valencia ante las quinielas sobre su destino

El runrún de cambios en la Iglesia española ha vuelto a ponerse en movimiento tras la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II -un acto con amplia presencia de la curia española y valenciana- y la audiencia posterior que mantuvo el Papa Francisco con los Reyes, que se prolongó más de lo habitual en estos encuentros y en la que con toda probabilidad se abordaría el relevo pendiente en las diócesis de Madrid y Barcelona, dado que Antonio María Rouco Varela y Lluís Martínez Sistach han pasado ya la edad de jubilación (75 años).

En las quinielas, como es habitual en el último año, dos nombres vinculados con la archidiócesis valenciana: Carlos Osoro y Antonio Cañizares. El primero, actual arzobispo de Valencia y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) encarna un perfil dinámico y dialogante, acorde con el cambio que afronta la Iglesia tras la salida de Rouco de la presidencia de la CEE. El segundo, cardenal valenciano y prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha manifestado en público su deseo de abandonar Roma y regresar a España.

De hecho, ayer mismo el periódico 'La Vanguardia' apuntaba que el Vaticano sopesa nombrar arzobispo de Barcelona a Cañizares, destacando su «perfil conservador, con demostrada habilitad para el pacto» además de ser «un ferviente defensor de la unidad de España». Esta hipótesis es, según fuentes eclesiásticas, «complicada» por varios motivos, entre ellos, la compleja realidad política y social que vive actualmente Cataluña y el hecho de que la curia no retome el gobierno de una diócesis tras ostentar un cargo en el Vaticano. Sin embargo, dicen, «todo es posible con Francisco», cuya decisión podría conocerse antes de verano.

Otras fuentes apuntan como destino de monseñor Cañizares la diócesis valentina, algo que se ha repetido con insistencia en caso de que Osoro deje la diócesis de Valencia. De hecho, el cardenal ha intensificado su presencia en la Comunitat en los últimos meses. En marzo, por ejemplo, ejerció de pregonero de la Semana Santa de Crevillent. Y el pasado abril concelebró con el arzobispo Osoro la misa crismal del miércoles 16 y las exequias por el fallecimiento del vicario de Acción Caritativa, Vicente Serrano.

Tanto en este caso como en el de la presentación del libro del sacerdote Alfonso López (celebrada ayer en el Salón Gótico del Palacio Arzobispal), fuentes del gobierno de la Iglesia apuntaron que están motivadas por ser ambos compañeros de estudios de Cañizares.

El cardenal también participará el fin de semana en las fiestas patronales en honor a San Jorge Mártir que celebra Alcoy, donde tiene previsto celebrar una misa privada con unas religiosas, asistir a las entradas moras y cristianas, compartir una comida con los sacerdotes de la localidad o presidir la misa solemne de la festividad.

Sin obispos auxiliares

Una intensa actividad que reactiva la posibilidad de que Osoro sea el próximo arzobispo de Madrid, lo que lo situaría al frente de la primera diócesis española y en la mejor posición para, en un futuro, acceder a la presidencia de la Conferencia Episcopal. «O en Barcelona», apuntan otras fuentes consultadas. Porque, como remarcan, su perfil encaja con las necesidades de la curia catalana Ahí entra otro nombre, el de Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia y arzobispo de Valladolid, como posible en Madrid.

Quienes destacan la idea de que la salida de Osoro será una realidad recuerdan que Valencia sigue sin obispos auxiliares tras las salidas a otras ciudades de Salvador Giménez en 2009, Esteban Escudero en 2010 y Enrique Benavent en 2013. Y tampoco se ha nombrado nuevos vicarios a pesar de haber fallecido Vicente Serrano y Rafael Reig. Añaden, además, la designación como canónigos de personas de la máxima confianza del arzobispo en previsión de su marcha: Jorge Miró, Vicente Fontestad y Álvaro Almenar.