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P. MORENO
Miércoles, 11 de junio 2014, 00:20
El enésimo saqueo sufrido en la alquería del Rey ha dejado una cicatriz más en la fachada de este valioso inmueble rural, con orígenes que se remontan al siglo XIV y que ya aparece en el 'Llibre del Repartiment' de Jaume I, al ser entregada la propiedad a una de las familias que más se significaron en la conquista de Valencia.
Pero aquello fue hace mucho tiempo y la alquería, propiedad del Valencia C.F. por uno de esos avatares que podía salvarla, está ahora cubierta de grafitis y es víctima de todo tipo de robos y ocupaciones ilegales. La asociación Cercle Obert fue quien ayer dio la voz de alarma sobre el butrón realizado hace unos días, para reclamar una vez más el tapiado del inmueble y posterior construcción de un muro en todo el perímetro de la propiedad.
El portavoz de la entidad, Antonio Marín, comentó ayer que algunos de los saqueos principales han consistido en el robo de pavimentos de cerámica y el destrozo de pinturas murales. «Se nota que fueron robos y no actos de vandalismo», al señalar que las piezas cerámicas fueron levantadas sin romper, para luego revenderlas en el mercado negro.
La alquería de la Torre fue remodelada profundamente en los siglos XVII y XVIII, con la torre miramar que aún permanece. Pertenece al Valencia C.F. y forma parte del acuerdo de permuta con el solar municipal donde se levanta el nuevo estadio, en Cortes Valencianas.
Esta permuta todavía no ha culminado, en parte porque el club debe pagar 19,81 millones de euros además de transferir varios solares. Esto debe hacerse para compensar la pérdida del terreno municipal, valorado en 45,43 millones de euros.
Marín indicó que el club se encargó hace poco de limpiar el vertedero que había dentro y en el entorno de la alquería, además de tapiar los accesos, en especial uno en la parte trasera que recae a una acequia. El problema es que la zona está sin iluminar, por lo que los butrones son frecuentes, incluso actos de vandalismo gratuitos como la rotura de una reja en el edificio protegido. «Es del mismo estilo que las del Monasterio del Puig», subrayó para poner de relieve su importancia.
La solución pasa por el tapiado de toda la propiedad, algo para lo que el club tramita todavía la licencia de obras, según las noticias que tiene la asociación. «Un muro evitará los saqueos continuos, lo mismo que la colocación de cámaras de seguridad», propuso Marín.
La alquería de la Torre está al norte del parque de Benicalap y debe formar parte de la ampliación de esta zona verde. En la misma situación se encuentra la alquería del Moro, también de origen medieval y considerada por los expertos de igual o mayor valor patrimonial.
«En esta alquería, el ayuntamiento sí que levantó un muro porque lo pedimos durante mucho tiempo». También ha sido ocupada ilegalmente varias veces, aunque su aspecto es algo mejor después de la intervención de una escuela taller del consistorio.
Las pinturas murales de la alquería de la Torre eran de gran belleza, aunque se perdieron tras los saqueos. El inmueble aparece en varias publicaciones de todas las épocas, como en libros del botánico Cavanilles y en otro de Almela i Vives, donde aparece incluso fotografiada. En ambas alquerías hay restos arquitectónicos de gran valor, que podrían recuperarse sin ningún problema como ejemplos valiosos de patrimonio rural, como se ha hecho con alquerías como la de Barrinto en Marxalenes.
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