Cañizares advierte de que la Iglesia no se calla ni se pliega al poder
La imagen de la Dormición de la Virgen entra en la catedral con los acordes del Himno Nacional
LAURA GARCÉS
Domingo, 16 de agosto 2015, 00:46
El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, dejó ayer claro que la Iglesia no está dispuesta a estar callada, ni tampoco a ser una realidad plegada al poder político. El prelado dio a conocer esta posición en una homilía que no olvidó cuestiones de actualidad como las decisiones adoptadas por algunos ayuntamientos «frente a fiestas y símbolos religiosos».
Las palabras del cardenal sonaron en la catedral, en la misa de la fiesta de la Asunción, celebración que comenzó con la entrada en la Seo de la imagen de la Dormición de la Virgen bajo los acordes del Himno Nacional interpretado por 'tabal i dolçaina' en la puerta de los Hierros, donde fue recibida la imagen por el arzobispo y el deán, Emilio Aliaga.
En su alocución no dudó en animar a los fieles a explicar los motivos que alimentan la esperanza de la Iglesia frente a quienes la «querrían callada en todo y plegada al poder». Insistió en que lo que se busca desde esas instancias es que la Iglesia no inquiete «a estos poderes bajo el pretexto de que han recibido una legitimidad de apoyos más o menos mayoritarios».
«No es la primera vez desde que Cañizares se encuentra al frente de la diócesis de Valencia reivindica la voz de la Iglesia. Han sido varias las ocasiones en las que ha planteado la necesidad de su presencia en la vida pública. De hecho, es una constante en sus intervenciones.
De esta manera, no sorprende que ayer el arzobispo incidiera de nuevo en la advertencia del riesgo de quienes quieren una Iglesia «muda» y, además, llamara la atención sobre «el laicismo reinante, la secularización generalizada del mundo y la interior de la misma Iglesia, la apostasía silenciosa».
Fiestas y símbolos
Y en este contexto no olvidó referirse a una cuestión que ha marcado la actualidad de las últimas semanas cuando mencionó las decisiones «frente a fiestas y símbolos de la Iglesia».
Durante el verano varios ayuntamientos han adoptado decisiones en torno a celebraciones festivas. Un ejemplo llegó desde Alzira. El Consistorio de esta localidad cambió el nombre de las fiestas de Sant Bernat, patrón local, y de Sant Vicent. Otra decisión en este ámbito se adoptó en Silla, donde el programa e las fiestas editado por el Ayuntamiento no contenía la denominación del Santíssim Crist.
El purpurado guardó parte de su homilía para denunciar la violencia que sufren los cristianos en algunos países. Refirió las «cruentas persecuciones en países que sufren la violencia desatada del yihadismo islámico como en Irak, Pakistán o Nigeria». Insistió en que en estos lugares «se está masacrando a los cristianos por el hecho de serlo, con el silencio culpable de los países de Occidente».
Habló de «ataque moral, también en Occidente porque lo que se intenta es que la Iglesia desaparezca y no cuente». Ante esas circunstancias alertó de los «movimientos ideológicos emergentes que, aunque huelen a rancio, en el fondo tratan de eliminar a la Iglesia»
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