Ribó debe decidir si delega el honor de llevar la enseña

No es nada fácil llevar la Real Senyera. Pesa 18 kilos (cinco en la pieza de plata de la cimera) y el portaestandarte necesita incluso de un entrenamiento previo en una sesión privada en la sala del Archivo para que la sopese, sobre todo buscando el punto de equilibrio con el arnés. Pero los concejales se disputan cada año el honor de llevarla durante el recorrido, un día que quedará para siempre en letras mayúsculas en su biografía política. El alcalde Joan Ribó debe decidir si delega en un edil porque la alcaldía es la que decide. En los anteriores mandatos, Rita Barberá estableció una rotación entre los grupos, aunque con la condición de entrar en la catedral.