Ventiladores en el centro de salud

La imagen que ayer ofrecía el Centro de Salud San Marcelino sorprendió a los usuarios. Los pacientes que acudieron al médico esperaban llegar a unas instalaciones refrigeradas por el sistema de aire acondicionado habitual en estos centros, como en el resto de edificios en los que se prestan servicios públicos. Pero tropezaron con una realidad bien distinta: los ventiladores habían tomado el centro de salud como única salvación ante el calor.

¿Qué ha pasado? Fue la pregunta más repetida por los usuarios que atravesaban el umbral del ambulatorio. Y el personal resolvió la incógnita: «El aire acondicionado lleva dos semanas sin funcionar», relataron a LAS PROVINCIAS algunos de los pacientes que acudieron al centro médico.

La localización de los ventiladores se encargó de describir los puntos de concentración de los pacientes que aguardaban su turno para pasar a la consulta: «Al ir a sentarnos todos buscábamos la zona hasta la que llegaba el aire». Y al mismo tiempo, con hojas de papel, improvisaban abanicos con los que hacer más llevadera la espera. «La gente no dejaba de abanicarse», apuntaron los vecinos afectados, que en algunos casos llegaron a esperar hora y media hasta encontrarse ante la mesa del médico.

No fueron los vecinos los únicos que buscaron alternativas para paliar la ausencia del añorado aire acondicionado. «En la consulta el médico tenía un ventilador a los pies, debajo de la mesa». Y no solo eso. Los facultativos, como el resto del personal sanitario, renunciaron a «llevar bata» como medio para combatir el calor o, al menos, para rebajar el efecto de las altas temperaturas en el interior del ambulatorio.

La situación lleva alimentando el descontento de los profesionales «desde hace dos semanas», insistieron los usuarios, quienes mostraron su indignación al conocer -a partir de respuestas del personal del centro médico-, que las circunstancias en las que trabajan las «han puesto en conocimiento del departamento correspondiente». Pero por el momento no ha llegado la respuesta deseada.

Los centros de salud ya generaron quejas el pasado mayo. En ese momento denunciaron la saturación de los ambulatorios, así como el estado de deterioro que presentan las instalaciones despertó las críticas de sindicatos y vecinos.

Hablaban de consultas de reducidas dimensiones, de escasa ventilación en algunos ambulatorios e incluso de casos en los que las consultas carecen de lavabo donde los profesionales se puedan lavar las manos. El Sindicato Médico de la Comunitat Valenciana Cesm denunció que en torno a «uno de cada tres centros de salud necesita revisión y obras».