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Álex Serrano
Lunes, 3 de abril 2017, 23:36
Salir a cenar o a disfrutar de la vida nocturna de Valencia costará hasta unos 18 euros más en aparcamiento privado a partir del 10 de abril, cuando entre en vigor la prohición de aparcar en el carril bus que quiere imponer el concejal de Movilidad Sostenible, pese a encontrarse con una amplísima contestación social prácticamente en todos los sectores. Un estudio de los aparcamientos que sí abren por la noche (en torno a un 10% no lo hace) desvela que para ir a cenar al centro, habrá que desembolsar una media de poco más de 13 euros por cinco horas de aparcamiento, entre las 22 y las 3.30 horas. Instalaciones como las de San Agustín, Guillem de Castro o General San Martín rondan los 18 euros.
En una zona endémica falta de plazas, como es Ciutat Vella o el Ensanche, entre otros puntos, la eliminación de las plazas que ofrecía el carril bus (más de 2.200 por toda la ciudad) repercutirá en el bolsillo de quienes se acerquen a Valencia para disfrutar de la vida nocturna del cap i casal. Ante la falta de alternativas de transporte público, sobre todo de metro (que deja de pasar en torno a la medianoche, lo que afecta sobre todo a quienes visitan la ciudad desde cualesquiera de las localidades de l'Horta o Camp de Túria), la única alternativa que queda a los conductores es buscar una plaza en los aparcamientos públicos situados en torno al centro.
Hay muchos, cierto, pero también muchos cierran los fines de semana, no ofrecen plazas en rotación o son solo para clientes de hoteles y otros locales similares. Pero los que sí permiten dejar el coche unas horas, suponen un desembolso que solo en contadas ocasiones queda por debajo de los 10 euros, siempre para el horario entre las 22 y las 3.30 horas, el seleccionado por este diario para realizar un estudio del mercado «amplio», según Grezzi, de aparcamientos privados.
En concreto, de los 23 parkings localizados más o menos cerca de zonas de ocio como El Carmen, la plaza de Cánovas o Ruzafa, únicamente tres tienen tarifas reducidas para el horario nocturno: el del Mercado de Colón, el del Mercado de Abastos y Barón de Cárcer. 6, 5 y 9,4 euros, respectivamente. Otros, sin embargo, suponen un elevado desembolso, al que hay que sumar cualquier consumición que se realice a lo largo de la noche.
Es el caso de aparcamientos como el central, situado en Guillem de Castro o el de la plaza de San Agustín, poco más de cinco horas de estacionamiento en horario nocturno y en fin de semana rozan los 18 euros. Otros como el de la calle General San Martín superan los 16 euros, mientras que los situados en calles como Roger de Lauria (15,7 euros), Porta de la Mar o calle Císcar rondan los 15 euros por cinco horas y media, tal como pudo comprobar ayer este periódico.
Eso para los que abren, porque el mismo estudio desvela que buena parte de los parkings situados cerca de las zonas de ocio cierran por las noches. Sobre estos, Grezzi dijo el viernes que ahora podrían abrir «porque se creará demanda», pero este diario intentó ayer, durante todo el día, contactar con Antonio Aspas, presidente de la Asociación de Aparcamientos Privados de Valencia, pero fue imposible. En concreto, instalaciones con cientos de plazas en rotación como los de Cirilo Amorós, gran vía Marqués del Turia, los dos de la calle Colón, Pizarro o Portal de Sant Jordi.
El estudio puede ampliarse a otras zonas afectadas por la prohibición, como el entorno de plazas como Xúquer u Honduras, entre otras. En estos casos, la situación no cambia mucho: pocos aparcamientos y caros. Parkings como los de Alfredo Candel, Méndez Núñez o Tierno Galván cuestan 5, 6 y 2,95 euros, respectivamente, pero otros, como el ubicado en Pintor Vilar o el de un conocido centro comercial situado junto al viejo cauce del Turia, llegan hasta los 20. El coste de estacionar en otros aparcamientos como los de Cardenal Benlloch, Alameda o Primado Reig ronda los 16 euros, mientras que el de Monforte se queda en 15 euros la noche.
Se da la circunstancia, además, de que las grandes avenidas donde ahora no se podrá estacionar, como las grandes vías, Peset Aleixandre o Primado Reig, entre otras, están rodeadas de zonas con aparcamiento regulado por horas, la conocida como zona azul, lo que complica el aparcamiento tanto para residentes como para visitantes. Algunas calles, como las que unen Colón con las grandes vías como Pizarro, Hernán Cortés o Félix Pizcueta, y la práctica totalidad del barrio de Ruzafa, además, han sufrido una reforma urbana que ha redundado en aceras más amplias en todos estos barrios. Esta ampliación de las aceras ha reducido las plazas de aparcamiento (y las plazas de carga y descarga, tal como lamentan comerciantes y vecinos del Ensanche), lo que dificulta y mucho el estacionamiento en los alrededores de los barrios que gozan de una mayor vida nocturna.
La oposición sigue criticando
La oposición municipal continúa oponiéndose firmemente a una medida que consideran «desproporcionada». Así se expresó ayer el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, que recordó que los problemas que causa el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, son los problemas de Ribó, «que es quien está respaldando la gestión del concejal de movilidad». «Si el PSOE no está de acuerdo, lo que tiene que hacer es decirlo, pero no a la prensa, sino en los plenos cuando se votan las decisiones del señor Grezzi. No tiene ningún sentido decirle a todo que sí en el voto a Ribó y luego ir quejándose en la prensa», dijo Giner. «Estas contradicciones desde Ciudadanos no las entendemos», añadió. «Si Ribó pone limitaciones a los vecinos, les tiene que dar opciones», destacó el portavoz de Ciudadanos.
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