

Secciones
Servicios
Destacamos
P. MORENO
VALENCIA.
Lunes, 14 de agosto 2017
Desde el pasado sábado están cerradas para nuevos ingresos las instalaciones del refugio municipal de perros y gatos de Benimàmet, donde viven más de 400 animales. La clausura temporal se debe a la detección de un brote de moquillo, una enfermedad mortal para los canes y que ha obligado a poner en cuarentena todo el recinto. Los felinos sí que pueden ser recepcionados.
El incidente fue desvelado ayer gracias a la llamada de la concejal de Ciudadanos María Dolores Jiménez a la Policía Local, debido a la presencia de un perro abandonado en la playa de Pinedo. La respuesta fue la citada, por lo que el can ha tenido que ser llevado a una casa de acogida, una de las que gestiona la asociación Modepran.
El edil de la misma formación Santiago Benlliure indicó que el refugio de Benimàmet «está sobredimensionado y cuando surge un brote de moquillo, el gobierno municipal debe adoptar soluciones urgentes, lo que no está haciendo». Según averiguó este grupo municipal, la concejalía de Bienestar Animal no ha facilitado todavía a Modepran los recursos para la compra de los test de moquillo que deben realizar a más de 200 perros. «Parece que lo están haciendo para fastidiar a la Protectora más que nada, pero los que se fastidian son los animales». La entidad gestiona el refugio en precario, después de un concurso fallido declarado desierto y al que no se presentaron por discrepancias sobre los requisitos pedidos por el gobierno municipal.
Los perros son vacunados nada más llegar a las instalaciones rodeadas de huerta, aunque el problema es cuando ya están enfermos. Entonces pasan unos días antes de que los empleados y voluntarios se den cuenta de la dolencia. La medicación sirve de poco, más allá de unos cuidados paliativos. En caso de que logren superar la enfermedad, lo que es poco probable, quedan inmunizados. El contagio es directo, por lo que es urgente realizar las pruebas y separar a los que ya padecen el moquillo para su aislamiento.
Benlliure añadió que Modepran ha adoptado todas las medidas posibles de limpieza, como el uso de trajes impermeables desechables a la hora de entrar en los boxes. La contención del moquillo es esencial para frenar una posible mortandad entre los perros, lo que por fortuna no se ha producido. De ahí el control estricto de entrada en las instalaciones donde viven los perros.
Lo que sí se ha suspendido de momento es el trabajo que realizan los voluntarios con los canes, al sacarlos a pasear por la huerta cercana y hasta el parque de Cabecera. Esto aumentará el estrés de los ejemplares, que ahora sólo pueden estar en las jaulas o los pasillos.
Los perros son vacunados de moquillo y otras enfermedades cuando llegan, mientras que al darlos en adopción se refuerzan con otras, como es el caso de la rabia. El protocolo del Ayuntamiento incluye la colocación de un microchip identificativo, como se indica en la Ley de Protección Animal. La saturación del refugio municipal de Benimàmet es un problema crónico que requiere una ampliación del recinto. Modepran recibe cada año 420.000 euros (IVA incluido) por la gestión de este trabajo en toda la ciudad.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.