Padres y profesores reclaman en una manifestación en Valencia poder elegir la lengua de enseñanza

Las torres de Quart fueron el punto de partida de la primera manifestación organizada por Hablamos Español, una entidad de ámbito estatal que lleva meses impulsando una campaña en defensa de la libertad de elección y uso de la lengua oficial del Estado en todas las comunidades bilingües. Este fue el mensaje principal, especialmente en relación a la enseñanza, de una protesta donde abundaron las banderas nacionales y que recorrió las calles del centro de Valencia.

El tiempo respetó, más allá de algunas gotas dispersas, por lo que no se resintió demasiado la participación. La Delegación del Gobierno no dio cifras, ni tampoco la Policía Local, y desde la organización llegaron a plantear que en algunos tramos se alcanzaron las 20.000 personas. En redes sociales, desde algunos perfiles, se felicitaban del pinchazo de la convocatoria recurriendo a fotos parciales del entorno de las torres, el punto de inicio, aunque es cierto que tras arrancar la cabecera la asistencia se animó, llenándose la calle Quart. También se veía gente a su paso por Poeta Querol y Barcas, donde la manifestación estuvo parada antes de entrar en la plaza del Ayuntamiento.

Por recurrir a alguna cifra, durante la lectura del manifiesto todos los asistentes se concentraron en la calzada de la plaza que va desde la entrada al Consistorio hasta la calle La Sangre. Según la web municipal, una superficie de algo más de 1.100 metros cuadrados. Si había una persona por cada uno (en realidad había zonas con varias pegadas y otras más despejadas) se puede intuir el apoyo en el punto final de la marcha.

Los asistentes, la gran mayoría padres de familia, portaban carteles con mensajes como 'Respétame, déjame elegir', 'No queremos porcentajes impuestos, queremos línea en español', 'No al requisito lingüístico' o pancartas contra «las barreras lingüísticas». También se corearon lemas como «Marzà, dimite, los padres eligen», «libertad de elección, basta ya de imposición» o «los valencianos hablan español».

«Estamos aquí para que nuestros hijos puedan estudiar tanto en castellano como en valenciano, y es algo que están erradicando de los colegios», explicaba Raquel, madre de un colegio de l'Horta Nord que lamentaba que en el caso de su centro todos los alumnos vayan a estudiar mayoritariamente en la lengua propia tras la desaparición de la doble línea, limitándose la estatal a un 25% de las horas tras la aplicación de la ley de plurilingüismo. «Se busca excluir la lengua y cultura castellana de los colegios», concluyó.

«Si como padres no defendemos los derechos de nuestros hijos nadie los va a defender», señalaba Gracia Martínez, portavoz de la plataforma de Ampas de Torrevieja, que representa a las familias de la mayoría de sus centros públicos. «Con la ley la exención se vacía de contenido, porque los niños con este derecho, aunque no tengan valenciano, reciben asignaturas como Naturales o Sociales en esta lengua», dijo. También acudieron plataformas de padres de Crevillente, Calpe o Alicante y representantes de organizaciones de Apas de Valencia.

El manifiesto se leyó en la plaza del Ayuntamiento. Desde la organización dijeron que el parón antes de entrar provocó que parte de los asistentes dejaran el recorrido, y hubo tensión entre algún exaltado que se dirigió de malos modos hacia los asistentes al acto evangelista organizado en la zona peatonal, evento que motivó que Hablamos Español tuviera que improvisar su equipo de sonido al denegar el Consistorio la instalación de un escenario. Finalmente la mediación de la policía y de los organizadores resolvió la situación, parando los evangelistas su actuación para permitir la lectura.

El documento denunciaba la «expulsión del sistema público de enseñanza» de profesores por «la imposición del requisito lingüístico» -en la protesta estuvo la asociación de afectados- y defendía «el derecho a disponer de líneas de enseñanza en español en todas las comunidades autónomas», con una referencia específica a la valenciana. «No hay poder público legitimado para cambiar la lengua con la que un padre o madre lee a sus hijos sus primeros cuentos», sentenciaba.

«Tenemos que salir a a calle para defender el derecho a educar a nuestros hijos en lengua materna, y ser respetados cuando tu lengua es oficial», dijo Gloria Lago, la presidenta de Hablamos Español. Tras la lectura se intensificó la recogida de firmas para pedir una ley estatal que garantice la elección del castellano como lengua de enseñanza en todas las regiones. A la manifestación acudieron representantes de partidos como UPyD y Vox, así como de entidades valencianistas. También participaron miembros de España 2000.