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Jueves, 5 de abril 2018, 00:43
Belleza, historia y tradición se aúnan en los jardines de Valencia. Las zonas verdes de la ciudad se han convertido en piezas turísticas con mucho encanto, y desde la popular zona de los Viveros hasta el mitológico rincón de las Hespérides, Valencia ofrece un amplio abanico de jardines que esperan ser visitados. ¿Quieres descubrir sus secretos?
Irene Marsilla1.- Alameditas de Serranos (entre el Puente de San José y el Puente de la Trinidad) | Esta zona ajardinada se extiende en el margen derecho del río Turia. Fue creado en 1830 por el entonces Corregidor de Valencia, el Barón de Hervés, para adecentar el espacio que se extendía entre las murallas y los pretiles del río. El diseño corrió a cargo de Cristóbal Sales y Francisco Ferrer.
Carolina AmorEn el centro del jardín se alza una gran fuente ornamental con una escultura conocida como La Niña de las Coletas, descalza y con su libro sobre las rodillas, obra del escultor José Esteve Edo. Además, en todo el jardín se alzan diversas esculturas dedicadas a José Benlliure Ortiz, Pedro Ferrer Calatayud, Azorín, Salvador Tuset Tuset, Federico Mistral y dos esfinges con rostro de mujer situadas a la salida del Pont de Fusta.
LP2.- Jardín Polifilo (C/ Camp del Turia, S/N, cerca del Palacio de Congresos) | Inspirado en el libro de Francesco Colonna 'Sueño de Polifilo', se ha concebido como un jardín romántico y evocador con zonas diferenciadas de sugerentes nombres; plaza de las Puertas del Destino, El Guardían de los Huertos, la Isla de Citerea (en la imagen), el Estanque de los Naranjos, la Plaza de los Cipreses, la Montaña Artificial... unidos por ondulantes caminos que configuran un espacio creado para el descanso y la relajación.
Damián TorresUna vez atravesadas sus puertas por la entrada principal, pasando la plaza de las Puertas del Destino, el visitante encuentra un montículo con una encina en su cumbre (el primer árbol plantado en este jardín), que en la narración se trata del árbol bajo el cual Polifilo se quedó dormido.
Jesús Signes3.- Jardín de las Hespérides (Carrer de Quart, 80) | La mitología centra tanto el origen como la estructura y composición del Jardín de las Hespérides, construido en el año 2000 por los diseñadores María Teresa Santamaría, Antonio Gallud, Miguel del Rey y Carlos Campos.
Juan J. MonzóLa leyenda de Hércules hace las veces de hilo argumental entre los caminos del jardín, en los que van apareciendo escenas y personajes del relato mitológico en forma de plantas y esculturas, todo enmarcado por la intermitente aparición de los muros de cripreses. “A través de las olas del mar profundo llegaron a la hermosa isla de los dioses, allí donde las Hespérides tienen su casa de oro“, reza la puerta de acceso tras la que se presentan episodios icónicos de la leyenda: el árbol de los frutos de oro, la metamorfosis de las ninfas y el dragón, y hasta el propio Hércules, de la mano de las especies vegetales y el trabajo escultural del húngaro Miklos Pàlfy.
Juan J. Monzó4.- Jardín de Monforte (Carrer de Montfort, S/N) | Con una superficie aproximada de 12.000 metros cuadrados, el jardín de Monforte -que en 1941 fue declarado Jardín Artístico Nacional, quedando bajo la protección del Estado- cuenta con una gran cantidad de bellas estatuas (concretamente 33), relajantes fuentes ornamentales y figuras de plantas recortadas, árboles y arbustos de gran belleza y antigüedad, setos y zonas de flor que hacen de este jardín uno de los más bellos de la ciudad de Valencia.
Irene MarsillaSu origen se remonta a uno de los huertos existentes en la zona de extramuros de Valencia, concretamente al huerto de José Vich, Barón de Llaurí. En 1849, el terreno fue vendido a Juan Bautista Romero, Marqués de San Juan, que pagó por él 80.000 reales. Bautista Romero fue quien encargó al arquitecto valenciano Monleón Estellés su construcción. Al morir el Marqués en 1872, el jardín pasa a manos de su esposa, que lo deja en herencia a una de sus sobrinas, Josefa Sancho Cortés. El matrimonio de ésta con Joaquín Monforte Parrés provoca que desde ese momento se le denomine Jardín de Monforte.
Damián Torres5.- Jardines de Viveros (C/ San Pío V, s/n) | Se trata del jardín más representativo de Valencia por su valor histórico, cultural, ecológico y paisajístico. Sus orígenes se remontan a la época musulmana, cuando en esos mismos terrenos fue construida una almunia por orden de los sultanes de la ciudad. La construcción fue mantenida y ampliada por parte de los reyes cristianos tras la conquista, que terminó por formar los que en su día fueron los Jardines del Real. Por desgracia, llegado el siglo XIX fue destruida; cabía la posibilidad de beneficiar estratégicamente posibles bombardeos franceses.
Jesús SignesEn el siglo XX dio comienzo su transformación en el parque público actual, adoptando así el nombre de Jardín de Viveros. Cuenta con más de 2.700 ejemplares arbóreos de más de 160 especies distintas, entre los que destacan las Palmeras Washingtonias del paseo de entrada o el Kusamaki frente a la Alquería de Canet. Además, son reseñables los trabajos escultóricos cincelados sobre mármol de Carrara que pueblan sus caminos, como la Diosa Flora de Font Blanch, Despertar de Benlloch Casarés o los Dioses de Antonio Ponzanelli.
6.- Jardín Botánico (C/ Quart, 80) | Propiedad de la Universitat de València, el Botánico representa la mayor exposición municipal de investigación botánica. Iniciado en 1802 sobre los terrenos del Huerto de Tramoieres, se creó influenciado por la Ilustración con el conocimiento como objetivo principal.
En un principio, el jardín se compuso con especies del mundo vegetal de la América colonial, algo que cambió forzosamente con las imposiciones de la Cátedra de Agricultura. Se propició así su acercamiento a los cultivos tradicionales de l'Horta valenciana, tanto en cultivos como en composición. Por desgracia, una descuidada intervención que sustituyó el riego a inundación por el goteo y aspersión provocó la muerte de algunos de los ejemplares más excepcionales. Todavía se conservan colecciones extraordinarias de palmerales, crasas, arbóreos americanos y recientes integraciones de flora valenciana y mediterránea.
Jesús Signes7.- Jardín de Ayora (C/ Santos Justo y Pastor, 98) | Con una superficie de 48.300 metros cuadrados, el jardín de Ayora conserva en su entorno ajardinado un antiguo ‘chalet’, un palacete del siglo XIX que es Bien de Interés Cultural. El edificio ha tenido diversos usos, desde retén de la policía municipal a guardería infantil e incluso discoteca. Ahora, renace como sede de la Universidad Popular.
José Marín8.- Jardín de la Glorieta (C/ del General Palanca, 4) | Es uno de los muchos jardines decimonónicos que se alzan en la ciudad de Valencia. De su estructura llama la atención la Fuente del Tritón, una obra inspirada en una semejante del maestro italiano Bernini. También podrá ver diversas esculturas que representan a Francisco Domingo Marqués, Antonio Muñoz Degrain, Joaquín Agrasot Juan y al doctor Ramón Gómez Ferrer.
Damián TorresAdemás de las esculturas hay que destacar en él los ejemplares de plantas no autóctonas y su gigantesco ficus, que se alza entre pinos canarios y palmeras.
Damián Torres9.- Avenida de Blasco Ibáñez | Conocido como "camino-paseo hasta el mar", el proyecto fue aprobado por ley de 1 de agosto de 1893 con el objeto de unir la ciudad desde los jardines del Real con los poblados marítimos. Concebido originalmente por Casimiro Meseguer, siguiendo los modelos de Howard y Arturo Soria, pretendía crear "la ciudad jardín" de la burguesía con una primera fila de villas exentas sobre grandes parcelas y una segunda de viviendas económicas entre medianeras.
Javier PeiróModificado el proyecto varias veces, tiene en la actualidad 50 metros de jardín central en su primer tramo. En 1952 llega el paseo hasta la actual avenida de Cataluña y en 1975 se comienza la ejecución del tercer tramo, llegando hoy en día hasta la estación de trenes del Cabanyal.
10.- El Parterre (Plaza Alfonso el Magnánimo, s/n) | La fecha aproximada de construcción de estos jardines es el año 1850, pero su organización definitiva tiene lugar bastante después, al ser inaugurado el monumento al Rey Jaime I (en la imagen). La estatua pesa once mil quinientos kilos y fue fundida en los talleres de la Maquinista Valenciana con el bronce de varios cañones abandonados en el castillo de Peñíscola y que el Ejército donó a los promotores. Lograr esa donación fue uno de los esfuerzos de una junta promotora que concibió la idea de levantar una estatua dedicada a Jaime I en la redacción de LAS PROVINCIAS, en una de las tertulias que Teodoro Llorente sostenía con redactores de la casa, colaboradores, escritores y directivos de Lo Rat Penat. La idea surgió en 1876, cuando se conmemoró el VI Centenario de la muerte del monarca; pero hasta quince años después no fue realidad.
Juan J. MonzóAdemás de la estatua ecuestre del Rey Jaime I, histórico también es su ficus, uno de los árboles más singulares de la ciudad y que fue plantado en 1852. Tiene un perímetro de tronco de casi 13 metros, una altura de más de 23 metros y sobrepasa los 35 metros de diámetro. En total, el ficus ocupa un total de 850 metros cuadrados.
Juan J. MonzóPublicidad
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