P. MORENO
Miércoles, 4 de abril 2018, 00:29
valencia. La empresa Plan Cabanyal-Canyamelar ha sacado a concurso por invitación la redacción del proyecto de obra de la Lonja de Pescadores, una intervención que permitirá recuperar el edificio original de 1909 al eliminarse todos los elementos impropios como aparatos de aire acondicionado, rótulos de locales de hostelería y otros añadidos en su interior, sobre todo en un gran patio común que con el paso de los años se ha ido compartimentando a beneficio de las viviendas.
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La sociedad cuenta con un proyecto básico realizado por la Universidad Politécnica, donde se detallan todas las patologías del inmueble construido para dar servicio a los pescadores del barrio y que poco a poco se transformó en un recinto de viviendas y locales de ocio.
El uso residencial no se perderá, indicaron ayer fuentes conocedoras del proceso. Los vecinos afectados se regirán por unas condiciones acordadas por el gobierno municipal, una vez recuperada la Lonja después de una concesión de un siglo a la Marina Auxiliante.
El proyecto de obra debe entregarse en un plazo de tres meses y tendrá un coste de unos 35.000 euros. En el trabajo de la Politécnica se indica que la antigua Lonja de Pescadores presenta un estado de conservación bueno, si bien el principal agente de deterioro de sus materiales originales es el agua, absorbida por capilaridad y a través de filtraciones de la cubierta o de diversas instalaciones.
«También es importante su alteración estética, sobre todo en las fachadas exteriores, sobre las cuales se han acumulado numerosos elementos y se han realizado modificaciones, creando un gran impacto visual que dista mucho de su imagen original», se añade.
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La inversión para recuperar el edificio original se hará a través del Plan ARRU, un acuerdo con el Ministerio de Fomento para financiar la rehabilitación de viviendas, por lo que se pudo incluir en su día. El coste se estima en un millón de euros, a la espera de las bajas que ofrezcan las empresas. Situado de los número 133 a 171 de la calle Eugenia Viñes, se considera una de las piezas arquitectónicas más potentes de la zona, tanto que el anterior gobierno municipal llegó a plantear su traslado a un solar cercano debido a que se sitúa en el tramo final de la prolongación de Blasco Ibáñez.
«La restauración de los elementos que componen las fachadas externas e internas, así como la mitigación del problema principal a través de un nuevo sistema de recogida y canalización de agua, es el objetivo principal», detalla el documento de la Politécnica, donde se habla también de la renovación de la cubierta central y el patio interior, fuertemente degradados por las filtraciones de agua y las alteraciones de la zona común.
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