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Hasta once zonas con restos arqueológicos se han encontrado en las obras de renovación de la tubería arterial de agua potable que discurre por el viejo cauce. Hace más de un año que comenzó la excavación de las zanjas y han aflorado elementos de todo tipo, principalmente defensivos al coincidir con la muralla que rodeaba la ciudad.
El último hallazgo ha sido un muro de sillares romanos reutilizados para otra construcción. Como adelantó LAS PROVINCIAS, las hipótesis que manejan los expertos pasan porque formaran parte de un muelle fluvial o una fortificación, en cualquier caso posterior a la época de la primera urbe y anterior a 1517. Esto último se sabe por la huella de una riada que asoló Valencia ese año y que ha quedado en un estrato superior a los sillares.
Sobre las once zonas arqueológicas, todas tienen aspectos interesantes. El primer hallazgo se encontró en la calle Guillem de Castro, desde el número 134 al 144. También junto al puente de San José, el carril ciclista que pasa por la calle Blanquerías, los jardines de las Alameditas, los aledaños del puente de la Trinidad, la plaza de Tetuán y la calle Pintor López, entre otros.
Con estos «pinchazos» en el subsuelo, los arqueólogos han podido trazar con más definición el recorrido de la muralla cristiana, así como puertas y barbacanas. En la actualidad se está documentando un lienzo de la muralla islámica del siglo XI y la bóveda del Valla Vella que cubre y canalizaba el antiguo foso de dicha fortificación.
Hasta el momento se han descubierto unos 18 metros de lienzo de la muralla y en breve parece que se documentará parte de la torre de época islámica Ali-Bufat, encontrada recientemente y que se atribuye como el lugar de rendición de la ciudad musulmana a Jaume I.
En los aledaños del puente de la Trinidad, cortado al tráfico hasta la finalización de las obras, los expertos han encontrado un posible tablero del paso anterior sobre el viejo cauce, construido a partir de 1356 y reutilizado en parte después de la riada de 1517.
Sobre los sillares de origen romano, la memoria indica que al «no estar aún excavado, es pronto para decantarse por una interpretación fiable», para reiterar que por su ubicación y estratigrafía, podría formar parte de las barbacanas o de las puertas de entrada a la ciudad.
También se apunta a que sea el estribo de un puente o incluso alguna obra de ingeniería fluvial. A partir de esta última idea, los arqueólogos han documentado junto al viejo cauce restos portuarios o un almacén (horreum) en la plaza Cisneros vinculado al comercio portuario de la Valencia romana.
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