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Representación de Jaume I.
Un rey tocado de la mano de Dios
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Un rey tocado de la mano de Dios

FRANCISCO A. CARDELLS MARTÍ

Sábado, 2 de febrero 2008, 04:48

Aprovechamos el VIII Centenario del natalicio de Jaime I, Rey de Aragón, Baleares y Valencia, para reivindicando la fuente histórica principal reconstruir su biografía (el Libre dels Feyts) y rememorar algunos de los testimonios sobrenaturales que se atribuyen en torno a su nacimiento.

Hoy, día 2 de febrero de 2008, celebramos el VIII Centenario del Nacimiento del soberano Jaime, Jacobus rex, primero de éste nombre en la casa de Aragón, que fue además conocido por el sobrenombre del Conquistador tras sus victorias bélicas sobre las islas Baleares o les Mallorques (1229) y Valencia o Balansiya (1238). Un aniversario singular al cumplirse ochocientos años del nacimiento del Rey En Jacme (Montpeller, 1208) por la gracia de Dios, Rey de Aragón, de las Mallorcas y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgell, y señor de Montpellier.

Se trata de uno de los personajes más significativos del legado histórico de los valencianos y por lo tanto está sujeto con mayor facilidad a la reinvención de su papel, lo que en todo caso en lugar de empequeñecer su figura, la ha agigantado a los ojos de los contemporáneos con no pocas atribuciones providenciales y que pasa en la actualidad por ser el primer referente internacional de la historia del Antiguo Reino de Valencia.

Reivindicar la Crónica

La fuente primordial de la vida de Jaime I, o sea, el testimonio más cercano y directo de los acontecimientos, es un manuscrito conocido como Libre dels Feyts del Rei En Jacme, una versión de lo sucedido que tiene como autor al mismo soberano.

En la Crónica encontramos la imagen que el Rey quiere transmitir de sí y de su reinado. A partir de este manuscrito encontraremos los tres pilares de su política:

-religiosidad que le hizo ser abanderado de la cruz en tiempo de guerra como cruzado y el primer devoto de la Virgen Santa María;

-belicosidad, como primer caballero de Aragón y jefe de sus huestes en el campo de batalla, adalid de la cristiandad en el Mediterráneo y sudeste peninsular.

-estrategia en sus negociaciones con los señores y jefes aliados, rivales o vencidos; modelo de actuación que le va a permitir crear un reino de nuevo cuño con una ley propia.

Pronostiques esdevengudes

Los signos prodigiosos de su vida han sido recopilados por cronistas y autores áulicos. Ya había nacido en casa de Tornamira a finales de la víspera de la Virgen de la Candelaria o Nostra Dona del Candeler cuando se sucedieron una serie de fenómenos sobrenaturales calificados por él mismo como pronostiques esdevengudes que anunciaban el gran futuro del Conquistador.

Entre otros enumeramos cinco:

-El día y la hora del nacimiento, que sucede la víspera del día de la Virgen de la Candelaria o Nostra Dona del Candeler, fecha señalada para venir al mundo por la ideoneidad de presentarse ante el Rey de la Historia.

-La simultaneidad del comienzo de cantos de los monjes que anuncian la alabanza a Dios por algo grande con las entradas secretas del Niño en brazos de su madre en los templos de Santa María de las Tablas (Te Deum laudamus) y en la iglesia de San Fermín (Benedictus Dominus Deus Israel); circunstancia que a los ojos de los hombres medievales era un hecho providencial que indicaba la grandeza de la criatura.

-Atentados diversos contra su vida en los primeros días de vida, como tirar un cantal que cayó bien cerca de la cuna real, de los que puede salvarse por una supuesta intervención divina.

-La concepción milagrosa del Rey Jacme el Conqueridor, fruto de un ardite que pretendía que el Rey Pedro yaciera con su legítima esposa pensando que lo hacía con la amante, artimaña que contaba con las rogativas del pueblo de Dios, y del que aunque el Libre dels Feyts no habla por discreción sí tenemos el testimonio por otras crónicas.

Candeles per un nom

Con todo, quizá el episodio más claro que anuncia el futuro de la grandiosidad del reinado y a la vez el triunfo de la cruz sobre la media luna fue el de la elección del nombre del recién nacido.

El nombre de las cosas tiene que ver con su significado. Por eso, la designación del nombre de pila de una figura tan insigne no podía ser capricho humano de nadie sino que debía ser fruto de la intervención directa de Dios. Si creemos al propio Rey Conquistador, en la Crònica conocida como Libre dels Feyts nos relata un episodio maravilloso sobre la elección de su nombre de pila.

María de Montpellier, piadosa madre del futuro rey, mandó hacer doce candelas de cera de abeja del mismo peso y medida, totes d'un pes e d'una granea, y encenderlas a la vez.

A cada una se le puso el nombre de un apóstol de Jesús e hizo promesa al Señor que el recién nacido portaría el nombre que llevara aquella candela que tardara más en apagarse. Toda una premonición, porque fue la vela de Senc Jacme o Santiago la última que se extinguió hasta el punto de superar en tres dedos a las demás.

Este hecho le consagra como valedor de los reinos cristianos frente al Islam en la reconquista, ya que el Apóstol Santiago, que ya había triunfado en la iconografía como peregrino, vive su etapa más álgida convertido en Matamoros que auxiliar a los reyes de la Península en sus campañas militares por liberar a España de los sarracenos.

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