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J. MARTÍNEZ
Domingo, 10 de febrero 2008, 03:40
Cuatro palas alrededor de una fosa. Un paquete de tabaco. Un perro atado y sin agua que no deja de ladrar, quizá testigo mudo del crimen. Restos de sangre alrededor de la vivienda. Las persianas bajadas. Un enorme reloj en la terraza que no avanza, y una piscina llena de suciedad. Horas antes, en esta macabra estampa otra mujer era asesinada por su compañero sentimental.
Una casa de campo de Cheste fue el escenario del horrendo crimen descubierto el viernes por la noche por la Guardia Civil. Un hombre de 46 años de edad presuntamente mató a su pareja y luego enterró el cadáver en un pequeño huerto de la parcela.
La hermana del homicida acudió a la Guardia Civil para informar que temía por la vida de su cuñada. Horas antes, la madre del autor del crimen había abandonado la vivienda tras una fuerte discusión de la pareja.
Al regresar, su nuera no estaba. "¿Dónde está?", le preguntó. Su hijo no respondió. Siguió limpiando unas manchas de sangre.
De inmediato, una patrulla de la Benemérita se movilizó con urgencia y acudió al chalé donde se encontraba la pareja, un lugar de difícil acceso al que se llega por un estrecho camino.
Encontraron al sospechoso fumando un cigarro mientras veía la televisión. Pero no tardaron en confirmar sus peores sospechas. La fosa estaba en la parte delantera de la finca, en uno de los pequeños cuatro huertos que tenía sin cultivar.
El homicida ya había enterrado el cadáver de su mujer tras cavar un hoyo en la parcela, a unos seis metros de distancia de la casa. Los agentes volvieron a excavar y hallaron el cuerpo sin vida, cubierto con un batín. Bajo esta prenda, conservaba el chándal que llevaba horas antes.
Agentes del cuartel de Ribarroja detuvieron al hombre y se hicieron cargo de las primeras investigaciones.
El cuerpo no presentaba heridas de bala ni de arma blanca. Varios golpes en la cabeza con un palo terminaron con la vida de la mujer. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la correspondiente autopsia.
Una comisión del juzgado de guardia de Requena se desplazó también al lugar para supervisar las investigaciones de la Guardia Civil.
El forense determinó que la mujer llevaba poco tiempo muerta. Al parecer, unos vecinos vieron a la mujer con vida a las 18 horas del viernes. Sería la última vez que la verían con vida. La pareja tiene antecedentes policiales, aunque en principio esta circunstancia no tiene nada que ver con el móvil del crimen, según informaron fuentes de la investigación.
Una mujer que reside a unos 200 metros de la vivienda donde se produjo el crimen se mostraba sorprendida por lo ocurrido, como tantas veces sucede en este tipo de sucesos. "Parecía una pareja normal, algunas veces se les veía pasear por ahí", aseguró mientras señalaba un camino. Los vecinos también cuentan que la madre del hombre pasaba largas temporadas con la pareja. Vivían en la misma casa de campo.
Otro residente afirma que el homicida se llama Jesús, y que estaban juntos desde hace unos siete años. Al parecer, la pareja había coqueteado con las drogas y la delincuencia. Según este vecino, el autor del crimen es de la localidad de Aldaia; y la víctima, de Alaquàs.
Hoy se celebra en Cheste una concentración para condenar el homicidio. Con esta mujer fallecida son ya nueve las víctimas mortales de la violencia machista en España en lo que llevamos de año.
sucesos@lasprovincias.es
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