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CHELO LLUESMA
Domingo, 10 de febrero 2008, 03:05
Porque ya la han sacado que, si no, en la terraza del piso seguiría a estas horas la pobre asistenta del hogar de la familia Barberá. Su error: quemar con la plancha el pantalón de trabajo al pequeño de la familia, ¿Cómo iba el ahora protagonista de , Miguel Barberá, a presentarse en el entrenamiento del Castellón de baloncesto con semejante patata en el vestuario?
La asistenta salió del patio de luces cuando llegó a casa la madre de Barberá y, al final, el chaval consiguió llegar al entrenamiento para seguir curtiéndose como ala escolta del equipo de la capital de la Plana y jugar en la liguilla autonómica. "Quería ser jugador de baloncesto y me hubiera dedicado a eso, pero una lesión en la rodilla me obligó de dejarlo", recuerda. Está claro que de pequeño una de las cosas que le movían para hacer travesuras eran los deportes, aunque él asegura que era un buen chico: "Un poco payaso a pesar de mi timidez. Con la gente que quiero sí que soy muy abierto, sobre todo en familia que somos todos muy graciosos", admite.
El castellonense sacaba matrícula de honor en Educación Física. "Me daba igual cualquier deporte, ciclismo, natación, fútbol, balonmano...", enumera. Lo que no se le pasaba por la cabeza era convertirse en actor. Llegó a interesarse por la carrera de Administración de Empresas, mientras hacía trabajos en moda para acabar, animado por su representante, haciendo un curso de iniciación en interpretración.
Es un chico tranquilo, con aficiones convencionales y muy familiar. El actor era compañero de piso en la capital de España de otro interprete valenciano de éxito, Miguel Ángel Silvestre. "Es mi hermano, el que me animó a ir a Madrid, y una vez allí nos hicimos la vida más fácil. Se echaba de menos a la familia, pero habría sido peor si no hubiésemos estado juntos", recuerda.
Miguel aguantó las de la alimentación macrobiótica del protagonista de : "¡Qué pesado se puso aquella temporada. No comía nada normal, todo tenía que tener energía y ¡claro! pasé hambre", revela entre risas. Ambos comenzaron sus carreras de forma parecida: del mundo de la moda dieron el salto a la interpretación.
El protagonista de recuerda las palabras de su abuelo: "Él estuvo en la guerra y parece ser que hizo alguna obra de teatro en valenciano para entretener a los compañeros. Siempre le preguntaban que si se dedicaba a la interpretación y ahora él siempre comenta que podría haber sido un gran actor".
Miguel rueda en Alicante los episodios de la serie: "No estoy en casa, pero se lleva mucho mejor porque puedo ver el mar. En Madrid, el Mediterráneo se echa de menos... cuando vuelvo a Castellón, además de comer con la familia, tengo que ir al Grau a ver la playa", apunta.
Dice que no le gusta salir, que es un chico "muy aburrido" de estar en casa leyendo, escuchando música o viendo la televisión: "Es parte de mi trabajo. Los actores aprendemos muchas veces por imitación. o son algunas de las mejores".
Estudiando guiones, levanta la mirada hacía la pequeña pantalla y hace una crítica de nuestra industria patria: "Nos falta la picardía que tienen las series en EE.UU. Aquí hay muchas y eso es bueno para los actores, pero no todas son buenas", explica.
"Estoy empezando mi carrera. Ahora toca currar", confiesa. Hace más de tres años que no sabe lo que son unas vacaciones. Cuando el calendario se lo permita tiene apuntados varios destinos como la India, Nueva York y Grecia.
Un papel protagonista
Miguel, que encarna a Jaume en defiende la serie: "Creo que ha roto muchas barreras, como ser una serie mitad en valenciano y mitad en castellano de una televisión autonómica que consigue tener unos buenos resultados en el de los domingos".
La serie, según el actor, tiene un papel formativo para generaciones como la suya. "Nací en 1981 y para mí es una manera muy especial de aprender historia. Lo bueno de es que no sigue una cronología como , sino que se aprende la forma de vida de un pueblo valenciano de la década de los 60", explica.
En cuanto a la vida de la serie, promete ser longeva. Los actores dan por seguro que con los resultados que están cosechando, la tercera temporada es cuestión de tiempo: "La de Jaume es una historia muy clara. Lo de jugar a pelota valenciana no se si se lo dejará, pero de Ásun seguro que no se puede olvidar porque es una . ¿Qué pasará? Lo veremos más adelante".
Con una vida profesional atada a la serie de Canal 9, Miguel ha dejado parados otros proyectos profesionales y otros deseos, el que más ilusión le hace, el cine. "Tengo una pequeña frase al final de la película , y algún día me gustaría hacer cine porque me encanta", afirma.
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