Rafael Narbona afirma en Aula LAS PROVINCIAS que Jaume I fue un "motor de cambio"

Un paso más en el conocimiento del padre de la patria valenciana. La conferencia del profesor de Historia Medieval de la Universitat de València (UV), Rafael Narbona, fue toda una lección magistral sobre el rey Jaume I. Ante un auditorio ávido de conocer en profundidad la figura y los logros del monarca que fundó el Reino de Valencia, Narbona ofreció ayer la ponencia en Aula LAS PROVINCIAS.

El salón de actos del céntrico hotel se llenó para atender la disertación del historiador que destacó los "portentosos hechos" del monarca que forjó los fueros valencianos. La expresión entrecomillada la empleó Narbona glosando las de Jaume I escritas en el siglo XIII.

El hecho de que el soberano plasmara los éxitos de sus empresas en papel no justifica en sí mismo que ocho siglos después los valencianos sigan manteniendo viva su memoria. Narbona destacó que la "voluntad" y el "deseo" de los ciudadanos de la Comunitat por ensalzar las gestas de Jaume I es "antiquísimo".

El profesor de Historia Medieval de la UV aseguró que sólo con el empeño de "revitalizar y dar realidad" a la figura y proezas del monarca se entiende que se conserve la huella de la presencia del soberano por tierras valencianas como, por ejemplo, el escudo real, que se halla en el Ayuntamiento de Valencia.

En la línea de mantener vigente la memoria del monarca nacido hace 800 años en Montpellier, el periódico LAS PROVINCIAS fue un pilar básico, según Narbona. El conferenciante recalcó "la fidelidad histórica" del diario fundado por Teodoro Llorente para recuperar del pasado a Jaume I, situarlo en el presente y proyectarlo en el futuro.

Actos conmemorativos

Narbona subrayó que fue LAS PROVINCIAS el rotativo "que tomó la iniciativa para celebrar en 1876 el sexto centenario de la muerte del soberano". Resaltó el impulso de Teodoro Llorente para que la ciudad de Valencia honrara al rey con "una estatua ecuestre" y el esfuerzo del diario decano por "desarrollar el séptimo centenario del nacimiento de Jaume I en 1908". Esa estela historicista no se detiene durante este año. Son muchos los motivos por los que celebrar que hace 800 años vino al mundo el padre de la patria valenciana. Narbona, que también es miembro del Consejo Asesor y del Comité Científico del Any Jaume I, destacó que la "creación de un nuevo reino" en manos del monarca de Montpellier fue mucho "más trascendente legal e institucionalmente que en el terreno militar o de fronteras". En palabras del profesora el reinado de Jaume I supuso "un motor de cambio".

El soberano no cedió a las monarquías aragonesa y catalana, incluso se opuso a los intereses de ambas noblezas que querían "saquear el reino islámico de Valencia", matizó. "Jaume I tenía muchos enemigos" dentro de la Corona de Aragón y también en el seno de su familia.

Pese a sus rivales en todos los frentes, evidenció su deseo de no doblegarse a la hora de fundar un reino independiente a Aragón y Cataluña. "Tuvo que ganarse el trono con las armas", sentenció.

"La capacidad para liderar a los caballeros y a la nobleza", junto con la disponibilidad "para luchar contra el islam" fueron dos de las armas que condujeron a Jaume I al éxito en sus afán de fundar y mantener el Reino de Valencia.

"La formación como guerrero y se fiel servidor del Pontificado romano", según Narbona, constituyeron la base del monarca, cuya historia siempre estuvo teñida de cierta predestinación divina. Los padres de Jaume I formaron un "matrimonio desavenido, así lo escribió el soberano en sus , del que nació de forma "milagrosa" (lo providencial, a juicio del historiador, coloreaba las crónicas medievales) un hijo con "desastrosa infancia".

Narbona recorrió ante los asistentes la historia personal de Jaume I. Quedó huérfano a los cinco años y su futuro pasó a manos de simón de Monfort, el rival de su difunto padre. El soberano sufrió "intentos de asesinatos prácticamente desde la cuna" e intentos de "envenenamiento" por parte de sus preceptores. Nadie logró llevarlo a la tumba. Falleció a los 68 años de camino al monasterio de Poblet, donde reposan sus restos.