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Cultura

Ignacio Pinazo pintó la triste despedida

PPLL

Domingo, 17 de febrero 2008, 04:59

El pintor valenciano Ignacio Pinazo Camarlench (1849-1916) abordó la escena de la muerte del rey don Jaime o, para ser más exactos, el momento de la entrega a su hijo, don Pedro, de la espada que simboliza el poder, acontecimiento que se produjo, según las crónicas, cuando el rey se sintió enfermo, abdicó y tomó el hábito de monje de Poblet.

Pinazo trató algunos temas históricos en su juventud, bajo la influencia de la gran pintura que hacían artistas consagrados del siglo XIX y algunos notables pintores valencianos, como Domingo, Gisbert o Muñoz Degrain. Pensionado por la Diputación de Valencia, Pinazo, a los 25 años, tuvo la oportunidad de estudiar en Roma y de dejar atrás una vida dura de aprendizaje en la que se había ganado el jornal pintando abanicos y trabajando en una orfebrería.

Roma, precisamente, le dio ocasión de conocer otros horizontes, metas artísticas nuevas y más ambiciosas, y de dejar atrás la pintura de historia. Sin embargo, el cuadro que debía presentar a la Diputación para confirmar el aprovechamiento de su pensión fue este, de tema histórico y de raíz valenciana: el de don Jaime en el lecho de muerte, rodeado de sus caballeros fieles.

Pinazo, en él, tuvo oportunidad de exhibir su capacidad de reconstrucción de escenarios, algo que parece innato en artistas valencianos: retablos, tapices, armaduras, vestimenta, candelabros, el propio lecho del rey y su dosel indican la facilidad con que el pintor recrea un ambiente decorativo imposible de concebir sin imaginación. Sobre ése ámbito casi teatral, por añadidura, el artista de Godella puso la emoción del momento: un rey que agoniza, un hijo abrumado, unos caballeros tristes y dolientes...

El cuadro que aquí reproducimos, sin embargo, no es el que Pinazo dio a la Diputación, sino el que unos años más tarde, en 1881, le encargó el Estado con destino al Museo de Arte Moderno y que ahora alberga el Museo del Prado. Este es de gran tamaño: tiene 299 centímetros de alto por 419 de ancho. Y es una de las obras maestras que componen la extensa colección de pintura histórica del siglo XIX que se conserva en nuestra pinacoteca nacional.

Precisamente ahora, en las nuevas instalaciones del Prado, está abierta una exposición sobre el arte del siglo XIX que presenta, en la parte correspondiente a la pintura de historia, obras de gran valor de autores valencianos. No está entre ellas esta escena histórica; pero tenemos en Valencia la primera que pintó Ignacio Pinazo y a buen seguro que no se olvidarán de presentarla los encargados de montar las exposiciones conmemorativas de este año.

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