Éver Banega da positivo en un control de alcoholemia
Varios coches de la policía interceptan el vehículo del jugador tras saltarse un semáforo en rojo a las 3.30 de la madrugada
T. BLASCO
Martes, 4 de marzo 2008, 06:22
Banega ha tomado el relevo de Fernandes en todos los sentidos: en el terreno de juego y en los escándalos nocturnos. Si a principios de año el portugués pasó la noche en los calabozos tras verse involucrado en un altercado, el centrocampista argentino fue sorprendido a las 3.30 horas de la madrugada del domingo por la policía con alguna copa de más mientras conducía de regreso a casa. No hay forma de alcanzar la calma en el Valencia. De momento, el jugador ha sido penalizado con una multa administrativa. Y ahora el club deberá estudiar el caso para ver si impone su propio castigo.
Éver Banega superó en casi el doble la tasa de alcoholemia permitida por el código de circulación. El límite legal está en 0,25 miligramos por litro de aire aspirado y el futbolista blanquinegro dio 0,44. Una cifra considerable, pero que no alcanzaba los 0,60 que hubiesen provocado su detención.
Éver regresaba a su hogar después de haber tomado algo junto a otros jugadores del Valencia. Koeman decidió dar descanso a la plantilla domingo y lunes, después de la larguísima concentración en Barcelona. Y Banega quiso aprovechar ese respiro para desahogarse un poco. Pero se excedió.
Sin acompañantes, el argentino conducía por la avenida Pérez Galdós un Mini prestado. Estaba muy cerca de su lugar de residencia, ya que vive en Cortes Valencianas, donde se está levantando el nuevo Mestalla. El jugador no llevaba una velocidad alarmante, pero se saltó un semáforo en rojo. Precisamente, muy cerca de ese punto se encontraba un coche camuflado de la Policía Nacional que se percató de la infracción, así que colocó la sirena en el techo e inició la persecución.
Además, la patrulla optó por pedir refuerzos. Instantes después, dos coches de la Policía Nacional se cruzaron en el camino de Banega y le dieron el alto. Sin embargo, los agentes sólo pudieron retener al futbolista hasta la llegada de la Policía Local, ya que la nacional no está autorizada para realizar controles de alcoholemia. Mientras, el futbolista se justificó diciendo que se había despistado al volver a casa y que estaba en su día de fiesta.
El test dictaminó que casi duplicaba la tasa permitida. Entonces, el argentino solicitó una segunda prueba que contrastase los resultados. Y se llevó a cabo 30 minutos después en la Central de la Policía Local en la avenida del Cid. Volvió a dar positivo, aunque el nivel de alcohol ya había descendido hasta el 0,39.
Esta rebeldía le costará a Banega una sanción administrativa, es decir, una multa. Aunque, una vez superados los efectos de las copas tomadas, el argentino pudo retomar el camino a casa. Esta vez, sin saltarse semáforos en rojo.
El centrocampista quita hierro al asunto y acata sin rechistar las consecuencias. "Salí a cenar con unos compañeros y después fuimos a tomar algo. Pasé un semáforo en rojo y justamente estaba la policía. Había tomado algo, pero tampoco tanto. Lo que pasa es que salta mucho. Me dio positivo, pero no estuve preso ni me quitaron el carnet. Y me devolvieron el auto. Tengo una multa, pero nada de otro mundo. Es una cagada y hay que asumirlo", explicó Banega a una radio argentina.
Ahora le toca hablar al Valencia. Tal y como explicó ayer el abogado del club, José Pastor, la entidad abrirá un expediente informativo, "que se convertirá en uno disciplinario, con la imposición de la sanción correspondiente" si la infracción de Banega contraviene alguna de las normas del régimen interno de la plantilla.
Pero habrá que esperar para conocer la postura del Valencia. "Es prematuro. No tenemos constancia formal de los hechos. No hemos visto documentos en los que quede clara la situación que se ha producido. No conocemos los detalles de la sanción y estamos recabando información. Es evidente que se ha producido una infracción claramente administrativa. No digo que este bien, pero se ha de tratar en sus justos términos", explicó Pastor.
El morbo rodeó la llegada a Valencia del argentino merced a un vídeo porno que circula por Internet. Y ahora el morbo vuelve a convertirle en protagonista. Sin embargo, Banega ya avisó hace algunas semanas de su gusto por la fiesta, cuando sacó la cara por Miguel y Fernandes, una pareja que ya empezaba a ser conocida como y que se ha roto con la cesión al Everton del centrocampista. "Yo vengo a jugar. Pero todos queremos tener un poco de libertad. Somos chicos jóvenes y en los días libres queremos disfrutar de los amigos, pero no puedes porque hay mucha gente que se mete en esas cosas, que no se tenía que meter", afirmó Banega.
Tras el episodio protagonizado por Miguel y Fernandes, que discutieron acaloradamente con otros clientes en el pub Café Cantante mientras celebraban el cumpleaños del lateral derecho, Banega se ha encargado de engordar la lista de conflictos extradeportivos que rodea al Valencia esta temporada.
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