Secciones
Servicios
Destacamos
PPLL
Sábado, 22 de marzo 2008, 02:37
Pocas construcciones, en España, evocan tan claramente las fortalezas que los cruzados levantaban para reafirmar el poder de los asentamientos cristianos en Tierra Santa. Fue aquí, en esta colina áspera, en estos desnudos muros de sillares, donde el rey niño fue puesto en manos de los templarios.
La infancia de Jaume no fue sencilla. Tenía cinco años cuando su madre, en cláusula testamentaria, lo confió a la orden del Temple. Siendo el reino de Aragón jurídicamente feudatario del Papado, la reina María de Montpellier puso el destino y tutela del rey niño en manos del pontífice, que remitió la responsabilidad de la custodia a los caballeros templarios, mitad monjes mitad soldados.
El rey Pedro, el padre de Jaime, murió en 1213 en la batalla de Muret y el año siguiente Jaume fue llevado a Narbona. Ese mismo año, en Lleida, hubo Cortes de Aragón para prestar juramente de fidelidad al joven monarca. En tiempos de revueltas feudales, el conde Sanç, hijo de Ramón Berenguer IV, se ocupó de la regencia mientras el niño se formaba en frías estancias de castillos.
En 1218, el rey volvió a Monzón. Tenía apenas diez años; pero todos veían ya en él la decisión de un muchacho que física e intelectualmente había crecido por encima de lo que reclamaba su edad; y que se mostraba dispuesto a asumir responsabilidades. Meses después, el monarca pactó con el conde Sanç el fin de su misión de regencia y asumió las tareas de gobierno bajo la tutela papal: en 1221, con trece años, se casó en Ágreda con Leonor de Castilla.
Monzón estará presente con frecuencia en la vida de Jaime; en noviembre de 1236 aquí se celebrarán las Cortes de las que saldrá el objetivo de conquistar Valencia. Siglos después, la sala de los Caballeros del castillo sigue impresionando el visitante por su aire austero y monacal: es arquitectura hecha para soldados monje, para templarios.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.