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La afición anima a la selección en el Martínez Valero.
I afición I

La marea roja inunda el coliseo ilicitano

Los seguidores de la provincia de Alicante arropan a España en una noche marcada por el viento

M. J. M.

Jueves, 27 de marzo 2008, 02:49

La visita de la selección española es sinómino de fiesta. Una fiesta del fútbol con mayúsculas que demuestra una vez más que la provincia de Alicante está con . El estadio Martínez Valero volvió a presentar un aspecto excepcional, propio de las grandes ocasiones, aunque el partido de ayer fuera un amistoso. Aún así, el lleno está asegurado con la presencia de España en tierras ilicitanas.

Banderas, gorras, camisetas -alguna también de Rául- y, cómo no, los ya archiconocidos cánticos que acompañan al combinado nacional en todas sus actuaciones por territorio español crearon el ambiente que requiere las grandes ocasiones. Las gradas abarrotadas vibraron con el equipo de Luis Aragonés, como si algo grande tuviera que ocurrir en la próxima cita europea. Éso, sin embargo, está por ver.

De momento, lo que los internacionales se llevan de Elche es la moral para luchar por lo máximo. El Martínez Valero engrandeció con los mejores futbolistas del momento. Cesc, Torres, Casillas o Iniesta... La afición trató de contagiar su ánimo en todo momento. Algunos italianos, por su parte, hicieron lo propio para la . La rivalidad también se manifestó en las gradas. Y es que un España-Italia siempre tiene tintes de gran partido aunque sea un amistoso.

Durante toda la jornada se palpó en el ambiente festivo en los alrededores del coliseo franjiverde. La carpa de la selección animó hasta la hora del partido a los seguidores alicantinos y foráneos, ávidos de comenzar a ver rodar el balón sobre el césped del Martínez Valero. El enfrentamiento contra el actual campeón del Mundo puso punto y final a dos días de intensa actividad a la sombra del Palmeral y bajo el sol ilicitano. Todo estuvo a altura de las circunstancias. Elche volvió a superar con nota el examen que supone acoger un evento de esta magnitud. Matrícula de honor para una ciudad, una provincia y una afición que animó y deseó la mejor de las suertes para los internacionales españoles.

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