Dimite el director de la cárcel de Picassent

La continua y preocupante escalada de incidentes de gravedad en el establecimiento penitenciario de Picassent se ha cobrado el primer cargo directivo. El máximo responsable de la prisión, José García Pardo, anunció ayer su sorprendente renuncia al cargo tras ocho años como director. "Es lo mejor para la institución y para los profesionales que en ella trabajan", aseguró Pardo en un escueto comunicado.

LAS PROVINCIAS se puso en contacto con el ex director para recabar más explicaciones a su decisión, pero no respondió al teléfono. El hasta ahora máximo responsable de la prisión trasladó además en su comunicado el "agradecimiento" para su equipo directivo y el resto de funcionarios del centro.

Uno de los periodos más convulsos que ha vivido en los últimos años la cárcel comenzó el pasado 27 de noviembre. Ese día, durante 10 horas de una tensa madrugada, cuatro internos se amotinaron y con objetos punzantes retuvieron a tres vigilantes del establecimiento.

Otras dos retenciones de funcionarios, aunque de menor gravedad, se han producido desde entonces. La última, el pasado domingo, cuando otro empleado del centro fue secuestrado por dos presos, mientras que otro par de compañeros sufrieron diversos golpes al escapar de la emboscada carcelaria.

A comienzos de año se produjo otro grave altercado. Un recluso condenado por dos delitos de homicidio atacó con un cepillo de limpieza en la cabeza a otro funcionario y le causó una brecha en la cabeza.

En los últimos cuatro meses, el establecimiento penitenciario de Picassent ha sido escenario hasta de tres supuestos homicidios. La sangre llegó a derramarse en el conflictivo noviembre de 2007. Un preso pereció tras ser asaltado por otros tres reclusos, quienes presuntamente le quitaron la vida al clavarle unas tijeras.

Otra muerte violenta se produjo a finales del pasado mes de febrero. Una acalorada discusión en el patio entre dos internos terminó con un empujón entre ellos. El golpe contra el suelo que se propinó la víctima en la cabeza al caer le costó la vida. El tercer crimen ocurrió en marzo, cuando un anciano de 79 años -el preso de mayor edad- murió tras ser golpeado con una televisión por otro interno en la enfermería.

La conflictividad de la cárcel valenciana quedó también plasmado con el intento de fuga de dos reclusos abortado gracias a la vigilancia de los funcionarios. Ocurrió igualmente en febrero y los empleados de la prisión descubrieron las sábanas trenzadas con las que los internos pretendían escapar.

Aunque algunas fuentes de la cárcel hablan de "hasta 400 altercados", la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) cifró en "más de una treintena" el número de incidentes graves ocurridos en la prisión valenciana desde el pasado mes de noviembre.

Desde la Dirección General de Instituciones Penitenciarias señalaron que su directora, Mercedes Gallizo, aceptará la dimisión de García Pardo.

La máxima responsable de las prisiones españolas reconoció como "enormemente compleja" la gestión de la cárcel de Picassent y destacó la "valía y el esfuerzo" mostrados por el hasta ahora director.

Desde Instituciones Penitenciarias añadieron que Gallizo comprende "perfectamente" las razones alegadas en su comunicado por el director de la cárcel.

El sindicato CSI-CSIF calificó ayer de "inevitable" la renuncia de García Pardo, aunque subrayaron que ello "no soluciona la conflictividad y saturación del centro. Los representantes de los funcionarios pidieron a Gallizo "que afronte los problemas, porque la falta de inversión en la prisión sigue presente.

Acaip, por su parte, subrayó que la dimisión "llega tarde, pues debía haberse producido en noviembre, con el secuestro de los tres funcionarios". Desde la agrupación esperan que la renuncia sirva para "iniciar una nueva etapa y corregir errores, no repetirlos".

CC. OO. pidió "el cese de otras personas de la Dirección" a las que responsabiliza de los problemas de la cárcel. El sindicato exige a Instituciones Penitenciarias que solucione la "falta de personal y graves carencias de infraestructuras".