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DEPORTES

El libro de Lastra

RECAREDO AGULLÓ

Martes, 1 de abril 2008, 05:33

La Columna de Andrópolis II se presentará el próximo jueves a las 8 de la tarde en el Centro Cultural de L'Eliana. El autor del libro es Toni Lastra y el prólogo corre a cargo de José María Ángel, alcalde de esta localidad del Camp de Túria, ayuntamiento que ha asumido la publicación de esta obra. El libro recoge una antología de las columnas publicadas por Lastra en el diario LAS PROVINCIAS entre los años 1991 y 2000, recopilación que nos permite conocer a decenas de personajes, algunos de ellos ya desaparecido (Ricardo Martínez Richart, Enrique Roselló), y sobre todo al autor. En 1991, Lastra publicó ya cuyo esquema ha mantenido también en esta ocasión.

Las fuentes literarias en las que bebe Toni son muy variadas pero siempre marcadas por la calidad humana de los personajes. Poetas españoles como Lorca, Machado o Miguel Hernández, comprometidos con los valores republicanos; religiosos como Fray Luis de León, encarcelado durante 10 años; filósofos nada convencionales como Voltaire, Unamuno y Ortega; escritores de otros países como José Martí, García Márquez, Oscar Wilde, o Jean Anouilh que se declararon en contra de las guerras coloniales. También el es una obra de referencia en estas páginas y en especial tres libros: de A. Sillitoe, de Sheehan y de Henry D. Thoreau, añadamos a ello el poema de A. Tennyson.

es una excelente manera para conocer el pensamiento de Toni. Un pensamiento que en ocasiones no coincide con la acción. Su adorado Thoreau se aisló dos años en una cabaña alejado de todo contacto con el ser humano. Ello es difícil de imaginar en Toni que necesita hablar, contar cosas, tener un público expectante, saberse querido y admirado. En todas y cada una de las columnas Toni Lastra es al alter ego del personaje o del lugar que presenta. A través de sus frases descubrimos a la persona que es, en ocasiones a la persona que le gustaría ser: "Confieso que no he nacido para ser espectador, para formar parte del redil humano" (Ídolos); "Antes y ahora he preferido cultivar el cuerpo a la mente" (Optandum est); "No hay héroes sin auditorio" (Napolitano); "Muchas gracias por este homenaje que tanto me merezco" (Isidro Rey); "La mejor marca es la carrera diaria" (La extraña felicidad); "Albergo muy serias dudas que con la vejez le llegué la sabiduría al hombre" (Un lumbago de premio); "Ventear mis cenizas en la Font de la Vella de la Calderona" (El Lugar hallado); "Lo sé soy contradictorio, albergo muchedumbres" (Dosis de soledad).

El lector que se acerque a esta antología va a disfrutar, siempre y cuando lo haga sin prevenciones, con el ánimo alegre y dispuesto a aprender. La prosa de Toni es sugestiva, rica en matices, cuidadosa siempre con el personaje. Toni divierte e instruye como exige Boileau en su . Las columnas tienen varios objetivos, uno de ellos es dar a conocer siempre que puede la maratón de Valencia, y otro mostrar el espíritu de superación personal que anida en su corazón generoso. Se produce en él una simbiosis entre personaje y columnista, como ya le aconteció a G. Flaubert con su . Es muy probable que al final de la recta de llegada a meta exclame: ¡El Correcaminos soy yo! La carrera a pie ha sido y es su pasión, su paraíso perdido, y Correcaminos su camino iniciático. Termina el libro con la columna dedicada a La Fuente y la Roca. Una fuente que el ayuntamiento de L'Eliana ha dedicado a Toni Lastra y donde los atletas de hoy y de mañana saciaran su sed de carreras y de amistades. En esta última columna, Toni a modo de despedida escribe de modo breve y sincero: "No soy más que un aprendiz de buena persona y un corredor esforzado".

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