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JOSÉ FORÉS LAHOZ
Jueves, 3 de abril 2008, 04:47
Fue el fundador del moderno Benidorm, el que transformó aquel pueblo humilde de antaño, marinero y campesino, en primerísima potencia turística nacional, en la atracción de Europa. Por eso la cosmopolita ciudad, agradecida a este "personaje fundamental e imprescindible" de su desarrollo y evolución lo nombró hijo predilecto y le dedicó -hace ahora seis años- la más céntrica calle, eje del nuevo Benidorm, antesala del Castillo y del casco antiguo de la localidad, antes llamada Alameda del Generalísimo Franco y que por unánime decisión de la Corporación Municipal pasó a denominarse Alameda del Alcalde Pedro Zaragoza. Un alcalde que a los 85 años nos deja para entrar en la historia, y seguro que también en el cielo.
"Benidormer empeltat de viler", Pedro Zaragoza Orts fue considerado como "el milagro de Benidorm", el impulsor de la llamada capital del turismo. Desde que en 1950, a los 28 años, empuñó el timón de la gran nave municipal a lo largo de más de diecisiete años, este "hijo del pueblo, honra de Alicante y de España" (así calificado por el académico Vicente Ramos) lo fue todo para Benidorm. A mediados de los años cincuenta firmaba un bien cuidado folleto en el que decía: "Tratamos, con estas páginas, de dar a conocer cuánta realidad lograda y cuántas posibilidades futuras guarda nuestro Benidorm". Y medio siglo después, aquel ex alcalde imparable y arrollador me escribía de puño y letra: "Amigo Pepe Forés Lahoz: Todos los más sabios me trataron de loco". Sin embargo, pese a su "locura", aquel personal proyecto se convirtió en feliz realidad, aunque su humildad quiso restarle protagonismo a la obra afirmando que "este progreso se ha conseguido gracias a la coordinación de esfuerzos de un pueblo y de sus administradores". Por aquellas fechas tan "difíciles", Benidorm tuvo el privilegio de ser el primer municipio de España en contar con un Plan General de Ordenación Urbana para todo el término municipal.
Con el objetivo de transformar Benidorm, Pedro Zaragoza se inventó mil recursos -como el Festival de la Canción-, todos acompañados por el éxito más rotundo, porque estuvieron bien pensados y planificados. Vista desde la perspectiva de hoy, en que Benidorm está presente en todos los movimientos y estudios socio-turísticos del mundo entero, el despegue de Benidorm tal parece que haya sido un sueño. Desde que "el alcalde de la Vespa" trazó aquel proyecto a lo "Julio Verne" denominado "Así será Benidorm", el municipio comenzó a cambiar. Aquel pueblo tranquilo que vivía del trabajo en el mar -entre las artes de pesca evoquemos "els tirs", "el bolich", "el palangre", "l'artó", "l'aulleta", "les parelles", "l'almadrava"-, y de los productos del campo: algarrobas, almendras, cebada y aceite, como antes fueron el buen vino y la pasa de la insuperable uva moscatel, pasó a convertirse en la "meca de la clase media", y hoy para unos la internacional villa es motivo de satisfacción y orgullo, y para otros un auténtico paraíso de paz y bienestar Aunque como Pedro Zaragoza se lamentaba "no faltan minigrupos que buscan enriquecerse rápidamente en nuestra tierra a través de la especulación "
A bordo de su humilde Vespa Pedro Zaragoza se presentó un día en El Pardo, consiguió que lo recibiese Franco, trabó desde entonces una larga amistad con él y su familia y logró que el bikini se autorizara en Benidorm, acontecimiento al que ya dedicamos una tribuna en LAS PROVINCIAS, y que posteriormente sería objeto de citas y referencias periodísticas. En la época en que Manuel Benítez era la máxima figura de la tauromaquia, al brindarle un toro en la plaza que cerca del mar levantaron Puchades, Alegre y Barceló, le dijo: "Vaya por el Cordobés de los alcaldes de España". O sea, el más popular, el número 1.
Su deslumbrante gestión al frente del Ayuntamiento de Benidorm es lógico que "impactara" en las altas magistraturas del Estado, y por eso le confiaron puestos relevantes, como director General de Empresas y Actividades Turísticas, gobernador civil de Guadalajara, procurador en Cortes y presidente de la Comisión de Turismo, presidente del Sindicato Provincial de la Construcción, consejero del Banco de Crédito Local y del Banco Hipotecario de España, presidente de la Diputación de Alicante, de cuya provincia fue nombrado hijo predilecto Además de asesor de turismo de la Escuela de Venezuela y Gobierno de Costa Rica, cofundador del Club Siglo XXI, secretario de la Liga Naval
Al dejar su actividad pública, ya en entrada edad, el pensador, político y escritor que fue Pedro Zaragoza -autor de numerosos libros y articulista de raza- estudió Derecho y abrió bufete en Madrid y Benidorm, como especialista en urbanismo y turismo. Además, y dando ejemplo de una gran tenacidad y espíritu de superación, ya rondando los ochenta se licenció en Turismo y en Ciencias de la Información. Por cierto que en la antesala de su despacho de abogado en la benidormera calle Tomás Ortuño, enmarcado y colocado sobre el mostrador consta este pensamiento: "La calidad nunca es una casualidad. Siempre es el resultado del esfuerzo inteligente".
"Alicantina es la luna / alicantino es el sol / alicantina es mi amante / y alicantino soy yo", proclama la canción popular. Y proclamaba Pedro Zaragoza: "Por ser alicantino, también soy valenciano y, por todo ello, español, y en mis escritos trato de defender a la provincia de Alicante, al antiguo Reino de Valencia y a nuestra España querida".
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