

Secciones
Servicios
Destacamos
A. CHECA
Miércoles, 9 de abril 2008, 13:17
Un fatal accidente de tráfico o un crimen minuciosamente planeado. La Audiencia comenzó a desgranar ayer el dilema entre las dos opciones a la hora de enjuiciar la muerte de María del Mar. En el banquillo de los acusados, su marido, señalado por la fiscal como el asesino de su esposa con un maquiavélico fin: cobrar el algo más de un millón de euros de las cinco pólizas de seguros -y la cobertura de una tarjeta de crédito- contratadas por él en el medio año previo a la muerte de la mujer.
Joaquín R. P. mantuvo ante el tribunal la que ha sido su versión desde mayo de 1995, cuando falleció su pareja. El hombre relató cómo regresaban de un viaje a Barcelona, tras asistir a una exposición de automóviles, "y el coche se salió de la carretera y empezó a hacer trompicones".
Circulaban por la AP-7, a la altura de Favara. El acusado asegura que él mismo quedó inconsciente: "Cuando me desperté estaba caído sobre las piernas de mi mujer. El coche estaba lleno de humo". Joaquín recordó cómo logró salir del vehículo -alquilado dos días antes en el aeropuerto de Alicante- e intentó sacar a su mujer del coche. "Eché su asiento para atrás y empecé a estirarle de los brazos, pero no pude con ella", sostuvo.
El acusado aseguró que la puerta de su mujer estaba bloqueada por una roca y era imposible rescatarla por ahí. La fiscal le puso delante un informe policial que hablaba de "metro y medio" entre el coche y la piedra. Joaquín reiteró que el acceso estaba bloqueado.
Incluso afirmó haber intentado la evacuación sin éxito hasta en cuatro ocasiones, hasta quitándose la ropa para tratar de apagar las llamas que se apoderaron del salpicadero del coche. Al final, corrió a la AP-7 a pedir ayuda y un camionero apagó el fuego con un extintor. Demasiado tarde para María del Mar, que pereció dentro del turismo.
Nada que ver con la versión que mantienen la fiscal y las aseguradoras. Porque las compañías también acusan de intento de estafa al procesado, tras intentar este sin éxito hacerse con los 1,4 millones de euros que llevaban aparejados las pólizas.
Ese es el motivo que las acusaciones sostienen que llevó a Joaquín a simular un accidente, golpear a su esposa para dejarla inconsciente en el vehículo y prender fuego al mismo para simular un incendio. La fiscal asegura como una prueba de ello la "rapidez" con la que el procesado se puso en contacto con las aseguradoras, el mismo día del entierro de su esposa -según empleados de las entidades-, para interesarse por las indemnizaciones. El procesado negó ayer haber actuado así.
Joaquín R. achacó a una "tradición familiar" la gran cantidad de seguros que se realizó la pareja. E incluso a una cuestión sentimental. "Nos queríamos mucho, y teníamos dinero, de ahí que nos hiciéramos tantos seguros y que le regalara una Visa Oro. Cada uno éramos beneficiario si el otro fallecía".
El procesado se refirió también a los numerosos viajes que realizaban -hasta siete en sus 11 meses de casados- y a que estos son "muy peligrosos" como otra de las razones para contratar las pólizas.
El abogado de una de las aseguradoras atacó al acusado con una situación contradictoria. ¿Cómo es posible que pagara 3.000 euros de primas de seguros cuando en su declaración de la renta figuran ganancias de poco más de 6.000 euros? Joaquín R. demostró su falta de escrúpulos y su rechazo al lema . "Mi sueldo era mucho más. Esto es España, casi nadie dice a Hacienda lo que gana, y lo que se declaraba en mi casa no tenía nada que ver con la realidad", afirmó sin tapujos el procesado, reconociendo así ante el tribunal un supuesto fraude fiscal.
"¿No es cierto que tres seguros que usted contrató a su nombre, devolvió los recibos de las primas tras morir su mujer", fue otra de las preguntas con las que trató de acorralar al procesado uno de los letrados de la acusación particular. "No lo recuerdo", fue la escueta respuesta de Joaquín.
A preguntas de su letrado, el procesado subrayó que en su etapa de soltero "ya tenía tres o cuatro seguros de vida" y reiteró como ha mantenido la misma versión del accidente "desde que fui interrogado en el hospital por la Guardia Civil al día siguiente del accidente".
El interrogatorio al acusado fue la única prueba practicada ayer en la Audiencia. Las sesiones continuarán la próxima semana. En ellas se expondrá la pericial que apunta a la posible intencionalidad del incendio, que radica en el hallazgo de una mancha de combustible -distinta al del vehículo- en el catalizador del coche, como recogía el auto de procesamiento del juzgado instructor.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Síntomas que pueden alertar de un posible cáncer de vejiga
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.