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LUIS FURIÓ
Viernes, 11 de abril 2008, 14:59
Joaquín no se corta un pelo. Es de los que llama al pan, pan y al vino, vino, y a pesar de que ayer insistió en que el Valencia está obligado a "salir a morir" mañana, en Mestalla frente al Racing, y el miércoles en el Calderón, en la final de Copa frente al Getafe, luego desgranó punto por punto los males que han envuelto al equipo en los últimos meses.
El extremo gaditano no puso reparos en admitir que al Valencia le cuesta muchísimo desenvolverse bajo las premisas del dibujo que Koeman ha pretendido imponer desde que en noviembre pasado llegó al banquillo. El 4-3-3 resulta discutido y en excesivas ocasiones ha provocado que los jugadores corran a tontas y locas y con la consiguiente falta de criterio en el juego.
"Sí, yo creo que los resultados lo dicen -arranca su explicación-. En casa muchas veces hemos corrido como los pollos sin cabeza. Unos para un lado, otros para el otro... Y no ha sido una vez sino muchas. Y eso demuestra que el equipo se encontraba perdido dentro del campo".
Joaquín añadió que si a esta situación se le añaden los nervios del equipo y que el público saque los pañuelos, "todo se vuelve al revés y llegan los malos resultados. Desgraciadamente ha ocurrido demasiadas veces y eso es lo que hay que intentar evitar. Por lo menos en este tramo que tenemos, para terminar la temporada lo más dignamente posible".
El futbolista apostilla que los jugadores han abordado este asunto muchas veces. Entre ellos y con el entrenador. "Los errores hay que hablarlos para tratar de evitarlos y que se repitan. Al equipo le está costando muchísimo jugar el 4-3-3. Eso lo sabemos desde hace mucho tiempo. Debemos desenvolvernos lo más cerraditos y cómodos dentro del campo. Como siempre ha jugado el Valencia. Y creo que ha sido así como han llegado los buenos resultados", añade.
¿Y eso se lo han hecho saber a Koeman? "Pues claro que lo sabe. Pero es el entrenador, el que manda, y lo que debemos hacer nosotros es trabajar con sus ideas y acoplarnos lo mejor posible. Lamentablemente no ha sido lo mejor, pero cuando el equipo ha estado bien organizado, se ha visto un buen Valencia como todo el mundo desea".
A pesar de la postura de los futbolistas, el técnico no tiene en mente cambiar la forma de jugar en lo que queda de temporada. "No. El tiene su idea desde que vino, que es el 4-3-3, y no ha cambiado. Nosotros tampoco podemos exigirle que lo haga. Él ha tenido la puerta abierta para comentar lo que no vemos bien. En ese aspecto ha sido muy cordial, asegura Joaquín, que a pesar de cuanto se ha dicho respecto a la continuidad del entrenador, apunta que no lo ha visto afectado.
"No, sigue igual que siempre. No lo veo cambiado. Sigue haciendo su trabajo, fiel a sus ideas y creo que ahora mismo es lo mejor que puede hacer. Transmitir al equipo que sigue con ilusión y ganas, sobre todo en estos días tan importantes".
Joaquín se mostró sorprendido y además desconcertó al hablar del Club de los Cinco. "¡Pues no lo sé!", replicó al preguntarle si formaba parte de ese colectivo, así llamado en referencia a las palabras del entrenador Koeman, que afirmó que contaba con el apoyo de cinco futbolistas. "Es que no sé a que cinco se refería."
Luego destacó que se siente integrado "en el equipo, con el entrenador y con el valencianismo. Lo contrario sería equivocarnos. Es nuestro entrenador y mientras esté en el cargo, tenemos que estar a muerte con él", enfatizó.
Quizá por ello, dijo que no le sorprendía que el técnico hubiera dicho que contaba con el respaldo de sólo cinco jugadores, cuando en la plantilla hay 25, aunque habría que contabilizar sólo 22 porque los defenestrados Albelda, Cañizares y Angulo no deben irse de cañas con el técnico.
"A mí a estas alturas ya no me sorprende nada", aseguró Joaquín, que rehusó valorar si podía entenderse como absurdo que Koeman realizara ayer un entrenamiento a puerta cerrada... y en lugar de trabajar la estrategia la plantilla practicó partidos de fútbol-tenis. "Es su decisión", se limitó a decir.
Más adelante, aunque comenzó con un "no se puede comparar", sí se atrevió a debatir en torno a los métodos de trabajo del técnico holandés y los que practicaba su predecesor, Quique Sánchez Flores. "Cada entrenador tiene su filosofía de fútbol, su librillo. A Quique -explicó el gaditano-, le gustaba trabajar más lo que es el equipo tácticamente en el campo. Koeman prefiere más lo que es el toque, el sistema 4-3-3, que el equipo juegue desde abajo. Pero no es cuestión de entrar en comparaciones -insistió-. Cada técnico tiene sus ideas y no se puede decir que uno es mejor o peor".
El futbolista del Puerto de Santa María considera que el partido de mañana, en Mestalla, ante el Racing, es la primera final que debe abordar el equipo en cinco días.
"Para nosotros es el partido más importante de la segunda vuelta. Un encuentro para dar un paso muy importante", añadió, consciente de que el Valencia aparece a seis puntos de los puestos de descenso.
"Vamos a enfrentarnos a un equipo que viene haciendo las cosas muy bien durante toda la temporada. Así es que tenemos que salir a por todas", dijo antes de seguir con elogios hace el equipo montañés y su entrenador, Marcelino.
"Es un gran equipo. Cuando tiene el balón sabe administrarlo y sobre todo hace buenas las ocasiones que tiene. Eso es mérito del entrenador y de los jugadores", dijo, y destacó el trabajo de Marcelino. "Ya demostró en el Huelva que es un técnico con ideas nuevas y que, sobre todo, hace grupo. Los equipos que ha dirigido siempre han estado arriba y sorprendiendo. Y esta temporada, más de lo mismo."
El buen momento que atraviesa el Racing, inquieta. Pero no sólo por los guarismos que presenta el equipo montañés: en la Liga, el Valencia es el peor local. "No podemos apartar lo evidente, lo que estamos sufriendo para sacar los partidos adelante, aunque no debemos tener ni miedo ni intranquilidad. Desgraciadamente llevamos así casi todo el año y sabemos a lo que nos vamos a enfrentar. Somos profesionales y hemos de estar por encima de esas cosas. Una vez que pite el árbitro haremos nuestro trabajo jugando como cuando conseguimos los últimos buenos resultados ante el Real Madrid o Barcelona. Así es como hemos de jugar".
Y cuatro días después, en el Calderón, en la final de Copa, idéntica obligación. "Me gustaría que el encuentro del Getafe con el Bayern -entre sonrisas dijo por la mañana del partido de anoche- durara 200 minutos y se tiraran 40 penaltis. Para nosotros todo lo que sea que estén más desgastados, mejor. Porque se encuentra en un gran momento. Es de los equipos que más en forma está esta temporada".
Sin embargo, finalmente señaló que aunque el Valencia no se sentía favorito para la final, se resistió a admitir que lo pudiera ser el equipo madrileño. "Eso nunca se sabe. Pueden venir crecidos y nosotros ir de tapados y pegarles un baño, igual que, como toda la temporada, pueden llegar y hacer un gran partido. Si les creamos peligro a la contra, podemos sacar la Copa", dijo.
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