Rice visitapor sorpresaun Bagdadal rojo vivo

La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, llegó ayer a Irak justo a tiempo para oír como en las mezquitas de Ciudad Sadr, bastión del clérigo radical chiita Moqtada al-Sadr en Bagdad, se exhortaba a expulsar a las tropas estadounidenses. "Luchen con tra el ocupante, échenlo de sus casas", se podía oír de madrugada por los altavoces usados para difundir las oraciones.

El llamamiento respondía al comunicado hecho pú blico el sábado por la noche por el propio líder de la co munidad mayoritaria en Irak, en el que amenazó con una "guerra abierta" si las tropas mantienen la ofensiva contra su milicia, el Ejército del Mahdi. "Queremos que se levante el sitio", reclamaron las llamadas nocturnas difundidas por los hombres de Al Sadr en su feudo del no reste de la capital del país pérsico, donde viven dos millones de personas.

Rice, viajó para apoyar lo que denominó el nuevo "núcleo" político iraquí que forman los líderes suníes, chiitas y kurdos contra las milicias. Ya nada más bajar del avión, manifestó su total apoyo a la gestión del Ejecutivo liderado por el primer ministro chiita, Nuri al Maliki contra el movimiento de Al Sadr.