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SILVIA TORMO
Martes, 13 de mayo 2008, 06:22
La localidad valenciana de Alboraya conmemoró ayer el con una misa celebrada por todos los sacerdotes hijos del pueblo, a las 12.30 horas, en la ermita erigida en el mismo lugar en que, según una arraigada tradición popular, se produjo el milagro en el año 1348.
Según recoge la tradición, en aquel año un sacerdote de Alboraya llevaba el viático a un musulmán converso que vivía en una alquería al otro lado del barranco del Carraixet. Al cruzarlo, las aguas del barranco, que bajaban muy crecidas, arrastraron al sacerdote y a la cabalgadura que montaba, perdiéndose las formas consagradas que llevaba con él.
La historia cuenta que cuando el sacerdote pudo alcanzar la orilla, observó cómo tres peces se las acercaban en sus bocas. Ante aquel hecho prodigioso, el pueblo de Alboraya, con el sacerdote al frente, promovió procesiones y la construcción en el lugar donde se había producido el milagro de una ermita que hoy todavía se conserva aunque muy reformada.
El párroco de Alboraya, José Vicente Olmos, indicó que "si bien no hay ningún dato que confirme históricamente este hecho portentoso, lo cierto es que hay una devoción popular muy marcada en torno a él".
Muestra de ello, según el sacerdote, es el hecho de que la parroquia de Alboraya, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, "es eminentemente eucarística y que la propia localidad, por un privilegio especial del Papa, celebra el Corpus Christi el primer domingo de julio."
Además de las celebraciones eucarísticas, los vecinos de Alboraya pudieron disfrutar de unas paellas en familia, ya que el municipio celebra el día del su festividad local.
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