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AGENCIAS
Miércoles, 14 de mayo 2008, 06:48
La Comisión Nacional de la Energía propone que la tarifa eléctrica integral suba el 11,3% a parir del 1 de julio para asegurar que el funcionamiento del sistema no genere un déficit adicional. El anuncio del regulador coincide con la publicación de los datos de la inflación de abril, que subió un 1,1% y dejó la tasa interanual en el 4,2%, tres décimas menos que en el mes anterior.
El aumento de precio del gas en un 4,3% contribuyó con otra décima adicional, y el alza de los carburantes en un 1% tuvo similar efecto en la subida de la 'cesta de la compra'.
En julio, la energía eléctrica también dará un empujón al IPC. La propuesta de la CNE ha sido considerada por el Gobierno como "razonable" por lo que muy previsiblemente la subida de tarifa estará en línea con el cálculo del regulador.
La decisión que adopte el ministerio concretará la cuantía del aumento que se aplicará a los consumidores domésticos y comerciales. Los industriales ya tienen la opción de cerrar contratos en el mercado liberalizado. Para las familias y pequeños consumos, cuando el 1 de julio de 2009 se extienda plenamente la posibilidad de elegir comercializador, existirá una tarifa regulada bautizada como "de último recurso".
El consejo de la CNE calcula que, en el semestre comprendido entre el 1 de abril y el 30 de septiembre de este año, de mantenerse los costes regulados reconocidos actualmente y ante la previsible evolución de los precios en el mercado eléctrico, los 'números rojos' ya acumulados engordarían en otros 2.750 millones de euros.
El ministro Miguel Sebastián, tras salir al paso de la sugerencia del secretario general de la Energía, que mencionó un posible un incremento del 20%, consideró que el planteamiento de la CNE "es más razonable" que el formulado por su directo colaborador.
Desde Bruselas, el vicepresidente económico Pedro Solbes se declaró partidario de aproximar paulatinamente el precio de la electricidad a su coste real, por más que ese acercamiento pueda tener un impacto sobre la inflación. De mantener el precio de la energía por debajo de los costes incurridos "estaríamos resolviendo un problema de hoy y generando otro para el futuro".
El dirigente económico conoce bien de lo que habla, porque el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero se encontró un déficit multimillonario acumulado tras años de 'congelación' de la tarifa eléctrica durante el mandato del PP, junto al compromiso de compensar a las empresas por este desfase en años venideros.
No obstante, también el Ejecutivo sostenido por el PSOE incurrió en esta práctica en los meses que precedieron a las pasadas elecciones. De hecho, tras implantarse un sistema trimestral de ajuste, dejó sin cambios la tarifa en el segundo semestre de 2007, y a la subida del 3,3% del pasado enero siguió una revisión que no introdujo modificación, pese a que los costes seguían disparados.
Con la renuncia del Gobierno a utilizar esa herramienta contra la inflación en julio, se complica aun más el control de los precios.
Los datos del IPC de ayer no permitían ser muy optimistas. Con el petróleo por las nubes y sin expectativas de contención, son de temer nuevos repuntes de la inflación en lo que resta de año, y en particular durante el verano. Sólo el secretario de Estado de Economía, David Vegara, parece confiar en que el alza del IPC pueda quedar, cuando llegue diciembre, en el entorno del 3%. Y eso siempre que los precios de los productos energéticos y los cereales no registren nuevos incrementos en el ámbito internacional.
En abril vestido y calzado se encarecieron el 9,3% por el arranque de la temporada, y esa subida aportó siete décimas al índice general que cerró en 4,2%. El aumento de precio del gas en un 4,3% contribuyó con otra décima adicional, y el alza de los carburantes en un 1% tuvo similar efecto en la subida de la 'cesta de la compra'. La única rebaja notable se dejó sentir en los servicios de ocio y cultura, porque los viajes organizados se abarataron el 5,7%.
Aislado, el dato de abril no es tan malo, porque el final de las rebajas dispara el precio de vestido y calzado todos los años por las mismas fechas y porque, en cómputo anual, representa el primer descenso de la inflación tras siete meses consecutivos de incrementos. En comparación con la media de la zona euro, donde los precios aumentaron el 3,3%, España recorta su diferencial hasta nueve décimas, puesto que su índice armonizado sube el 4,2%.
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