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Vida y ocio

El Consell pedirá no ejecutar la sentencia que obliga a revertir el Teatro Romano

Los expertos concluyen que la eliminación del mármol no devolvería el monumento a su estado original

C. Velasco , VALENCIA |

Jueves, 15 de mayo 2008, 18:45

Ejecutaremos la sentencia. Estas palabras nunca las ha pronunciado la consellera de Cultura, Trini Miró. En sus comparecencias públicas o a preguntas de los periodistas, no aclaraba cuál era el futuro del Teatro Romano de Sagunto. Ayer se supo por qué. El cumplimiento de la resolución del Tribunal Supremo de Justicia que obliga a la Generalitat a revertir la rehabilitación de Grassi y Portaceli no devolvería el monumento al estado anterior en ningún caso, incluso si se retirarán las placas de mármol de la cávea y el muro de cierre se redujera a la cota + 1,20 metros, como ordena el Supremo.

Esta es la principal conclusión de la comisión interdisciplinar formada a petición de Cultura para encontrar la solución más conveniente, según Miró, a la hora de estudiar la resolución judicial dictada el pasado diciembre. Las cuatro reuniones de los expertos en patrimonio, arqueología, arte y materia jurídico ofrecieron ayer su dictamen, que secundará la Generalitat.

El Consell solicitará la inejecución de la sentencia del Teatro Romano de Sagunto. La secretaria de Política Institucional, Isabel Villalonga, explicó que antes del 6 de junio, justo cuando acaba el plazo previsto para que se entregara el proyecto de obras para revertir los trabajos de Grassi y Portaceli, se presentará un incidente de ejecución de sentencia al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJ-CV). Esta herramienta jurídica permitiría mantener como hasta ahora el monumento.

Imposibilidad legal

La obligación de cumplir las sentencias firmes no es una imposición absoluta, sino que se exime si se demuestra la imposibilidad legal o técnica de la resolución. Y este es el caso, explicó Villalonga.

La secretaria de Política Institucional añadió que junto al incidente de ejecución de sentencia, se presentará un expediente administrativo para legalizar las obras realizadas en el teatro. De hecho, la directora de Patrimonio, Paz Olmos, tenía previsto dictar ayer una resolución para incoar el documento de legalización de la rehabilitación que se adjuntará al Superior para solicitar que no se lleve a cabo el fallo.

La última palabra, según Villalonga, recae en el órgano judicial valenciano. Este tribunal, a la hora de resolver si la reversión sobre el monumento de Sagunto se ejecuta o no, oirá a las dos partes, es decir, al abogado demandante Juan Marco Molines, y a la Conselleria.

Trini Miró, que tildó el dictamen de solución ética que afecta a la vida cultural de la Comunitat, explicó ayer los argumentos que presentará al TSJ para evitar la reversión de las obras, cuya ejecución haría inviable el uso cultural del teatro.

El fallo, según la comisión, recoge puntos problemáticos que dificultarían su ejecución. Por ejemplo, cuando obliga al derribo del muro de cierre de la escena hasta la cota +1,20, los expertos argumentan que no determina qué se entiende por muro de cierre de la escena.

El informe arqueológico revela dos muros de cierre que corresponden a dos fases constructivas diferentes. El primero o postscaenium , del siglo I después de Cristo, es el que observan los espectadores desde las gradas. El segundo o porticus postscaenium , del siglo III, recae a la ciudad. Ambos forman una crujía con un espacio interior que se utiliza en las funciones teatrales (camerinos, ascensores, escaleras...).

Si se elimina el postscaenium , debería demolerse además el tornavoz (la cubierta de ambos muros de cierre) y los forjados laterales. Con lo que desaparecerían los espacios para los profesionales del teatro. Así no sólo se excede el cumplimiento de la sentencia, sino que se perdería la funcionalidad del recinto, señaló Paz Olmos, quien alertó de que si el segundo muro se mantiene podría haber peligro para la población puesto que no conservaría su estabilidad.

La segunda petición del Supremo era levantar y retirar las placas de mármol de la cávea. La directora de Patrimonio fue tajante: Anterior a la rehabilitación de Grassi y Portaceli se realizaron 40 restauraciones sobre las gradas. Debajo del mármol no está la piedra original, sino restos del siglo XX. Si retiramos las placas, queda ladrillo, mortero o roca viva, pero no restos romanos. Miró añadió que la eliminación del mármol obligaría a una nueva reconstrucción, que incluiría cubrirlo con otro elemento o material constructivo, para facilitar su uso cultural.

La comisión concluye: Con la aplicación de la sentencia en ningún caso se devolvería al Teatro Romano al estado en que se encontraba antes de la intervención de Grassi y Portaceli y, además, por la importante función social y cultural que representa para la Comunitat, y junto al principio constitucional de eficiencia en el gasto público, esta comisión acuerda solicitar la inejecución de sentencia pos imposibilidad legal.

Cabe destacar que cuando se aprobó el proyecto de Grassi y Portaceli se garantizó que eran obras reversibles. La comisión formada por diversos expertos argumentó ayer que en su decisión no ha juzgado la rehabilitación que se hizo en su día, sino que simplemente se ha limitado a estudiar cómo ejecutar la sentencia.

Y si el Tribunal Superior rechaza la petición. En ese caso, nos veremos obligados a cumplir la sentencia, señaló Villalonga.

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