De construcciones militares a centros para fomentar el turismo de interior

Si los muros de los dos refugios antiaéreos recuperados en La Pobla del Duc hablaran, nadie sabe la cantidad de historias y secretos que podrían contar. En cualquier caso, el Ayuntamiento ha decidido que estas instalaciones pueden ayudar a atraer a más turistas al municipio, y con esa finalidad recuperó ambas construcciones para que fueran visitadas, junto a otros atractivos del municipio.

Los dos espacios militares fueron construidos por el ejército de la República durante la guerra civil española con el objetivo de dar protección a los destacamentos encargados de la vigilancia de la pista de aterrizaje, así como a la escuadrilla y las tropas auxiliares.

Uno de ellos tiene capacidad para 70 personas, mientras que el otro es algo más pequeño, preparado para alojar a 40 soldados como máximo.

Al contrario de lo que ocurre con los refugios civiles, que son construidos dentro de los cascos urbanos de las ciudades, éstos están situados en la periferia, exactamente en lo que eran los márgenes de las pistas del aeródromo. Asimismo, ambos muestran también el impacto que generan los ejércitos durante una guerra al transformar, como en este caso, el paisaje agrícola.

El alcalde, Natalio J. Navarro comentó que por las características de la localidad y su patrimonio "nos hemos marcado desde el equipo de gobierno municipal fomentar y promocionar todas las posibilidades para atraer un turismo de interior que contribuya a revitalizar la economía local. Por ello estamos trabajando en toda nuestra oferta, tanto patrimonial como de los espacios naturales".

Para la recuperación y la memoria histórica de estas construcciones existen varias fundaciones como Societat y Progrés o Acció Pel Patrimoni, entre otros, que trabajan por la puesta en valor de los refugios antiaéreos que empleó la población de Valencia para defenderse de los bombardeos de las tropas alemanas e italianas sobre la capital durante la guerra civil.

La petición, como explicó el coordinador del grupo para la memoria histórica de la fundación, Matías Alonso, pretende que sean visitables y se pueda ofrecer información didáctica sobre su función pública, objetivo que igualmente persiguen los dos refugios de la Pobla del Duc. Alonso explicó que los bombardeos, que comenzaron en enero de 1937, se cobraron la vida de 900 personas en Valencia, cuyos restos mortales fueron a parar a las fosas comunes del Cementerio General, tristemente célebres por ser el lugar donde se daba sepultura a los represaliados del régimen franquista.