Borrar
Urgente La Fiscalía, en contra de que se analicen todos los móviles de los altos cargos de la Generalitat los días de la dana
Varias personas se protegen con paraguas y chubasqueros de la lluvia que cayó la semana pasada en gran parte de la Comunitat.
La urbanización del litoral reduce las tormentas de verano y aumenta las lluvias torrenciales
METEOROLOGÍA

La urbanización del litoral reduce las tormentas de verano y aumenta las lluvias torrenciales

Millán afirma que la cuenca mediterránea ya sufre en verano el peor de los escenarios del cambio climático

P. TERCERO

Miércoles, 28 de mayo 2008, 08:41

Las modificaciones en los usos del suelo en el litoral han contribuido de manera decisiva a la reducción de las tormentas de verano, que suponen entre el 11% y el 14% del total de las precipitaciones que se registran en la Comunitat Valenciana y en las zonas periféricas. Y es que, "en el momento en el que se reduce el aporte de humedad a las brisas marinas, el nivel de formación de nubes sube por encima de los 2.000 metros -la altitud de las sierras de Gúdar-Javalambre- y te has quedado sin tormenta".

Así de explícito se mostró ayer el director ejecutivo de la Fundación del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Millán Millán, en la conferencia que ofreció en la Universitat Jaume I titulada

Millán aportó los datos que sustentan la afirmación de que la urbanización de la costa reduce la posibilidad de que se formen tormentas de verano en el Maestrazgo. En primer lugar, recalcó que la aportación hídrica de las tormentas de verano en el interior se ha reducido de los 100 l/m2 que suponían hace 50 años a los 70 l/m2, aproximadamente, que representan en la actualidad.

El director del CEAM detalló que para que llueva en las cadenas montañosas del Maestrazgo, teniendo en cuenta que la brisa marina aporta 14 gramos de agua por cada kilogramo de aire es necesario un aporte extra de humedad de seis gramos por kilogramo de aire (a través de la vegetación o de los humedales), porque de lo contrario el calentamiento actual impide que las tormentas cuajen ya que el nivel de formación de las nubes aumenta por encima de los 2.000 metros.

Las tormentas de verano -y todo el sistema de precipitaciones- forman parte de un ciclo y "en cuanto urbanizas en la costa te has quedado sin esas tormentas", alertó Millán, ya que "los cambios de usos del suelo disminuyen la cantidad de agua que evapora la superficie y, por tanto, se reduce el aporte de humedad a la brisa marina, de modo que se condiciona la pérdida de tormentas y el inicio de un primer ciclo de retroalimentación de la sequía".

Y lo cuantificó. "Por cada 10 kilómetros de superficie que selles en Castellón, el nivel de formación de nubes en Teruel sube 140 metros" y, con ello, no hay tormentas.

Pero de todos estos datos también hay una parte positiva, apuntó Millán, ya que se puede compensar el sistema de evaporación. Y puso un ejemplo: "Si quieres desecar un marjal tienes que reforestar un área tres veces superior en el interior para mantener ese nivel de humedad, y esto es lo que los políticos no quieren oír", dijo, ya que debería implicar una política de compensación para aquellos municipios que no urbanizan para conservar las masas forestales que permitirían mantener el nivel de humedad y, por tanto, las precipitaciones.

Otra consecuencia de la reducción de las tormentas de verano es que se acumula una mayor cantidad de vapor de agua sobre el Mediterráneo (en el año 2000 el agua no precipitada en las cadenas montañosas era de 25 l/m2 y seis años después ya se rozaban los 40 l/m2), lo que impide el enfriamiento del mar y aumenta los episodios de lluvias torrenciales.

Por este motivo, según el profesor Millán Millán, "en la cuenca mediterránea existen problemas más graves que el CO2 a la hora de analizar el cambio climático, ya que el vapor de agua, como gas de efecto invernadero, es 47 veces superior al dióxido de carbono y el ozono es 200 veces superior".

"Con los valores acumulados en verano, incluyendo el vapor de agua y el ozono, la cuenca mediterránea está dos veces por encima del peor de los escenarios del informe del cambio climático proyectado para dentro de 50 años, con la diferencia de que sólo se da en época estival cuando ellos hablan de situaciones permanentes", subrayó el director de la Fundación CEAM.

A pesar de todo, Millán consideró que todavía se está a tiempo de corregir esta situación y, entre otras medidas, defendió que se modifique la división en cuencas hidrográficas y se considere la cuenca mediterránea como un todo.

"Si no se corrigen los problemas y no se aportan soluciones, los déficits se propagan y nos encontraremos con que dentro de 10 años el río Ebro estará seco como el Millars a no ser que den fenómenos que no contemplamos", apuntó.

Más información en página 16

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias La urbanización del litoral reduce las tormentas de verano y aumenta las lluvias torrenciales