Una guerra convertida en fiesta
La calle Quart vuelve a ser escenario de la batalla de Valencia contra las tropas de Napoleón
LAURA GARCÉS
Lunes, 30 de junio 2008, 10:36
Doscientos años después, Valencia volvió a ser escenario del asalto de las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia. Cerca de 300 personas procedentes de varias ciudades de España y de Francia participaron ayer en la recreación de la histórica batalla que libró la ciudad en la lucha contra la invasión francesa.
Las calles Quart y Guillem de Castro se quedaron sin tráfico. El ruido de tambores y munición de guerra tomó la calle. Desde las aceras, confundidos con el humo de las armas simuladas, cientos de vecinos de la ciudad siguieron con atención la recreación acompañada de un servicio de megafonía desde el que se ofreció la narración de los hechos que en 1808 sacudieron Valencia.
A medida que la batalla, iniciada al mediodía, se recrudecía las voces del público aplaudían y animaban a los participantes. Grandes y pequeños disfrutaron, de forma muy gráfica, de una atractiva y colorista lección de la historia de Valencia que se convirtió en fiesta para una calurosa mañana de verano.
"Ha sido un acto precioso. De una forma muy fácil nos han explicado un hecho histórico de Valencia", comentaron Carmen Palazón y Carmen Martínez, dos mujeres que, junto a sus amigas Fátima y Emilia, siguieron con atención todos los detalles.
La función didáctica que cumplió la recreación fue otra de las cuestiones que llamó la atención de estas cuatro mujeres. "Había niños que les preguntaban a sus padres para que les explicaran lo que estaban viendo y de esa manera han aprendido mucho".
Los organizadores del acto, la Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar, con el teniente coronel Ángel Adán a la cabeza, no olvidaron un solo detalle para contar a los valencianos del siglo XXI lo vivido por sus antepasados del siglo XIX.
De esa manera lo interpretó el público. "Se han esforzado mucho en todo, hasta en buscar los uniformes", insistían Carmen Martínez y sus amigas.
El cuidado del vestuario fue tal, que hasta los botones y bordados reproducían los que en su día vistieron los soldados. El uniforme completo, incluido el armamento, puede superar los 6.000 euros.
La elección del espacio, junto a las torres de Quart, no fue casualidad. Javier Planells, que vistió el uniforme de comandante en jefe, explicó que los puntos clave de la batalla que se libró en Valencia fueron "el bastión de Santa Catalina -donde hoy está el IVAM- las torres de Quart y la calle de San Vicente".
La recreación reprodujo con exactitud el histórico momento de la ciudad: las tropas francesas entraron por el mismo lugar que lo hicieron en 1808, por la calle Quart. Los recreadores se apostaron en el último tramo de esta vía, antes de su confluencia con Guillem de Castro.
Desde este punto descargaron cañones y fusiles contra el fortín que fue defendido por civiles, como ocurrió en 1808, y algunos soldados. Desde la puerta de las torres, un cañón respondió a la actitud de los franceses.
Las aguadoras
Entre los recreadores que representaban a la población civil que defendió Valencia se encontraba Beni Ribera, que ataviada con ropa de valenciana de la época ocupó el puesto de aguadora: "Eran las mujeres que acompañaban a los soldados para facilitarles el agua o para recoger a los heridos".
Antes de comenzar la batalla, a las 10 de la mañana, las unidades participantes en la misma participaron en un desfile. Por un lado se dirigieron a la sede de Lo Rat Penat donde recogieron la Real Senyera para llevarla a la Generalitat. En ese punto se reunieron con un segundo grupo. Todos partieron hasta las torres de Serrano, y desde allí a las de Quart para librar la batalla.
"En 1808 la escaramuza duró 16 horas", puntualizó Javier Planells, miembro de la asociación organizadora. Ahora, dos siglos después el tiempo corrió con mayor celeridad y en apenas 45 minutos todos pudieron revivir aquella escena de la vida valenciana.
Entre los recreadores se encontraban personas llegadas desde Francia. Detalle que no pasó desapercibido a Carmen Martínez. "Han cuidado todo mucho. Los soldados franceses, no es que hablaban francés, es que han venido desde Francia".
Javier Planells explicó este extremo. "Entre las cerca de 300 personas que han participado, hay gente que ha venido de muchas ciudades de España como Madrid, Málaga, Jaén, Asturias o Toledo; además de los que han llegado desde Francia". Todos ellos sumaron 24 unidades.
Los procedentes del país vecino incluían un regimiento de músicos y un grupo que representaba a la Grand Armée gala. Cuatro grupos valencianos representaban el Regimiento de Infanteria Ligera, la Milicia Honrada de la Universitat de València, los Granaderos de Infantería de Línea de Valencia y el Regimiento de Caballería Dragones de Lusitania.
La escenificación que ayer se presentó junto a las torres de Quart no es la única que se ha llevado a cabo en lo que va de año, tampoco será la última. Planells señaló que han protagonizado recreaciones en Ceuta, Segorbe o Segovia, entre otras ciudades y "todavía nos quedan muchas más".
Entre las ciudades a las que acudirán citó Gerona, Medina de Rioseco, Bailén, Tenerife, Cádiz, Burgos o Astorga. En todas partes encuentran público interesado por seguir de cerca la iniciativa impulsada por la Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar con la colaboración de de Lo Rat Penat, el Ayuntamiento de Valencia y la Diputación Provincial. También participaron las comisiones falleras Sant Bult e Islas Canarias-Dama de Elche, dispuestas a dar a conocer la historia.
lgarces@lasprovincias.es
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