Goleada de amor en Ibiza

una isla paradisiaca e invitados VIP fueron los testigos no oficiales del enlace entre Santiago Cañizares y Maite García, que anoche se dieron el sí quiero ante cerca de 400 personas en los exquisitos jardines del hotel Can Atzaró, en la conocida zona de Santa Eulalia, en Ibiza.

La ceremonia, que comenzó a las 20.30 horas, sirvió de encuentro para un nutrido grupo de futbolistas, sin importar el color de la camiseta. José Manuel Gutiérrez 'Guti', José Miguel González 'Míchel', Luis Enrique, Rafael Alcorta, Ismael Urzaiz, Patxi Salinas y David Albelda, entre otros, no faltaron a la boda. No fue Luis Aragonés, tampoco estaba invitado, pero sí el ex seleccionador Antonio Camacho.

De Valencia llegaron, entre otros, Enrique Lucas, ex vicepresidente del equipo ; Isabel Buigues, de la Fundación Valencia CF; y el representante del futbolista, Alberto Toldrá.

El uniforme de los clubes se quedó en el armario. Todos los deportistas lucieron traje y soportaron estoicamente, aunque no todos, los 800º Celsius.

Arantxa de Benito acompañó a su marido, pero no hizo lo mismo Paloma Cuevas. No acudió a la fiesta previa de la noche del viernes ni tampoco a la boda. ¿Excusa? La maternidad. Sí cumplió, como buen torero, el valenciano Enrique Ponce.

El cantante del grupo Pignoise, Álvaro Benito, el actor Miki Molina, el presidente de Corporación Dermoestética, José María Suescun, y el Jesús de Manuel asistieron al enlace. El cantante de Puertollano, amigo de la familia del ex guardameta del Valencia CF, amenizó no sólo el final de la boda sino la fiesta anterior en el Blue Marlin.

Los novios, rodeados de naranjos, se dieron un cálido "sí quiero". La ceremonia concluyó con la actuación en directo de un grupo ibicenco que entonó una salve rociera.

Maite García, sobrina de Rafael Salom, directivo del Valencia C. F., estaba radiante. Lucía un diseño del modisto valenciano Valentín Herráiz. El vestido, en una tonalidad blanco roto, estaba bordado con puntilla e hilo de seda. Cristales Swarovski y plumas remataban la creación. Un velo de tul sedoso y zapatos de plata completaban a la guapísima novia. Él no dudó en cumplir con el clásico chaqué, también de Herráiz.

El padre de ella, Pepe García, y la madre del ex valencianista, María del Carmen Ruiz, ejercieron de padrinos. Las arras fueron divertidamente portadas por los tres hijos de Cañizares, que se casó en segundas nupcias, y una sobrina de Maite. Los pequeños vistieron de blanco.

Durante la ceremonia civil, oficiada por una concejal del Ayuntamiento de Ibiza, intervinieron con cuatro discursos emotivos el hermano de la contrayente, Fran García, la hermana del novio, Mamen Cañizares, una amiga de la novia, Geles, y un amigo del futbolista, Hugo.

De los paradisiacos jardines, cubiertos en parte por una alfombra roja, al sabroso cóctel al borde de la piscina. Mientras los invitados disfrutaban de la agradable estancia, profusa en vegetación, y del sabroso piscolabis, incluido el sushi, los ya marido y mujer se dejaron querer por la prensa. Mejor dicho, cumplieron estrictamente con los fotógrafos y reporteros gráficos a la puerta del hotel.

En el ágape, todas las mesas tenían nombre de calas ibicencas.