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CARLOS FUSTER MONTAGUD
Domingo, 10 de agosto 2008, 04:23
El Bairén es uno de los elementos patrimoniales más importantes de Gandia, por lo que merece protección. Pero no es el único. Con respecto a alquería de Romaguera, se ha estado llevando a cabo estas últimas semanas una polémica que está alcanzando tintes insospechados. Por un lado destaca la actitud de los propietarios, para los cuáles la campaña de protección de esta muestra de arquitectura rural valenciana, no era más que un mecanismo para conseguir una indemnización mayor por la expropiación. Se ha demostrado que los valores de la alquería se han desvanecido ante el poderoso caballero don dinero. Vamos, el día a día de esta sociedad contemporánea.
En lo referente al consistorio, el PSOE sigue dejando que su socio en el gobierno tome la iniciativa en cuestiones de patrimonio, al igual que hizo en la legislatura anterior con los nacionalistas. Y la verdad es que con su actitud rozan la irresponsabilidad, pues el super-concejal olvida sus orígenes y actúa más como político que como arquitecto.
Pero lo que más me gustaría destacar es la actitud de los defensores de las causas perdidas (eso sí, cuando están en el gobierno, se vuelven pragmáticos como a todos aquellos que critican). Pues lo del Bloc no tiene nombre en cuanto a cuestiones de patrimonio.
Durante la pasada legislatura, en Gandia se permitieron algunas actuaciones en lo referente al patrimonio que no destacaron por la defensa del mismo. Dejando de lado la modélica rehabilitación de la ermita de Sant Antoni de Benirredrá, el resto son despropósitos. En patrimonio existe el concepto de "puesta en valor". Una parte del dinero invertido en toda actuación debe destinarse al conocimiento de la sociedad del bien en cuestión, su explicación, descripción, historia... tendrían que ver las caras de los turistas al pasar por el Prado, nadie entiende ni que es la estructura metálica ni mucho menos el árbol de Rausell. ¿Tanto cuestan unos paneles explicativos, con fotos antiguas, significado, etc.? Se ve que con el absurdo estudio encargado por el señor Moya sobre si el árbol era un chopo o un olmo se les acabó el presupuesto. Lo mejor de todo es que con la sencilla pregunta a los vecinos se hubiesen ahorrado los miles de euros que se gastaron.
La cosa se agrava con el resto de actuaciones. Pues la protección del edificio de Bancaixa era la cosa más innecesaria del mundo, dado que es una construcción que en todo momento estuvo ajena a la vorágine de demolición. En cambio, un edificio como La Pilarica , ideal por su ubicación y características para acoger un jardín de infancia, una biblioteca o un centro social, no fue tomado en cuenta y se dejó a merced de las excavadoras. Ídem con la Clínica Pellicer o con el edificio de la cafetería Lyberty's.
Pero volviendo con el tema de la alquería de Romaguera, la actitud del Bloc alcanza (y cada día se superan más) tintes estratosféricos, por no decir ridículos. Durante cuatro años de legislatura, fueron incapaces de elaborar un documento de protección patrimonial denominado Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos. Con la inclusión en él de la alquería de Romaguera o la casa de los Peones Camineros como Bienes de Relevancia Local o sencillamente como bienes catalogados por su importancia patrimonial o histórica, la preservación de los mismos hubiese alejado estas polémicas absurdas en la que nos encontramos a día de hoy. Ah, la playa del Ahuir también se podría haber incluido en dicho documento. Con haber hecho los deberes hubiese bastado, pero se ve que como dicho Catálogo no requería de los típicos fastos inaugurales, tan de moda en la legislatura pasada, no les pareció importante realizar el Catálogo en su momento.
charlifuster.blogspot.com
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