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El prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, rodeado de seguidores en una protesta contra Morales por las calles de Cobija, horas antes de ser detenido.
Internacional

Evo Morales descabeza la rebelión

El Ejército de Bolivia detiene al gobernador de Pando, la región que lidera la revuelta

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO

Miércoles, 17 de septiembre 2008, 04:17

Ironías de la vida: el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, detenido ayer por los militares encargados de imponer el estado de sitio en ese departamento boliviano, era trasladado ayer a La Paz en uno de los aviones utilizados por su principal enemigo, el presidente Evo Morales.

Once personas más fueron arrestadas el lunes por su participación en los enfrentamientos de Porvenir, donde según un informe presentado por el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, hubo 15 muertos y 37 heridos confirmados e identificados y "106 desparecidos que según testimonios estarían heridos y con el riesgo de perder la vida".

El gobernador autonomista, acusado de genocidio por la "masacre sangrienta", no se resistió cuando los soldados rodearon la sede de la prefectura sobre las 10.30 horas de la mañana y lo trasladaron al aeropuerto.

Según el gobierno, los once capturados, confinados en la capital boliviana, son cabecillas de los grupos de sicarios, funcionarios de la Prefectura y cívicos del genocidio sin precedentes y de la violencia en Filadelfia, Puerto Rico y Puente Cachuelitas. Al menos dos simpatizantes de Morales están en la lista por la carnicería de Porvenir: Abraham Cuéllar y Miguel Chiquitín Becerra.

Al salir a la calle, Fernández fue abucheado con gritos de "fuera de aquí" y también animado con otros de "aguante Leopoldo", un claro reflejo de la división que vive el país andino. Su correligionario del ahora desaparecido Poder Democrático Social (Podemos), Pablo Bravo, también fue trasladado a la capital del país.

La presidenta del Comité Cívico, Ana Melena de Suzuki, líder de los cívicos -grupos opositores sin vinculación partidista-, era buscada por ordenar la toma del aeropuerto de Cobija. Desde la clandestinidad declaró al diario que se estaban llevando de la capital del estado, "a gente querida" y que la detención del prefecto vulneró sus derechos. "Los bolivianos hemos perdido la libertad. A Leopoldo se lo llevaron como al peor delincuente", dijo.

Estado de sitio

Por su parte, el ministro de Defensa, Walker San Miguel, insistió en que tomaron esa medida "para proteger la vida de la gente, la vida amenazada por los sicarios en Cobija y en Pando. Es por ese motivo que se ha emitido un estado de sitio regionalizado y los resultados en cuatro días de la medida son altamente positivos".

Sobre la captura del líder autonomista se pronunció el mandatario indígena al regresar de la cumbre del Unasur. Evo Morales afirmó que la detención se hizo dentro del marco legal "y nadie puede oponerse cuando se trata de defender la vida, cuando se trata de defender el patrimonio del pueblo boliviano, eso debe continuar, ojalá las instituciones llamadas a juzgar, juzguen". Al prefecto de Pando, Leopoldo Fernández Ferreira, lo llaman desde este semana el "carnicero de Porvenir". Se le presupone ser el cabecilla de una conspiración que derivó en la masacre de campesinos en Porvenir. Por esa razón, ayer era obligado a trasladarse de la Gobernación a la cárcel. Y a juzgar por cómo se presenta al panorama, pareciera que el cacique autonomista, con espolones forjados en 29 años de vida política, no se librará de cumplir sin posibilidad de indulto la pena máxima que existe en Bolivia: 30 años de prisión. Fernández nació el 22 de mayo de 1952 en Cobija la capital del departamento amazónico que gobierna desde que ganó las pasadas elecciones catapultado por el opositor conglomerado de Podemos, cuyo fundador fue el ex presidente Jorge Quiroga Ramírez.

Respaldado por sus homólogos latinoamericanos, Morales comentó que seguía el diálogo con los prefectos y que también había convocado a los movimientos sociales. Sin embargo, un editorial del aseguró que Evo conduce a Bolivia hacia "la desintegración o a la guerra civil". El país esperaba ayer la firma de un acuerdo de pacificación. Morales, receloso, insistió en que "no se trata de de llegar a un acuerdo que después algunas regiones no acaten. En dos oportunidades he escuchado que se ha pedido que levanten el bloqueo de caminos y no levantan", afirmó el presidente de Bolivia.

Pero tras la detención de Fernández se extendió el temor de que se complicara el pacto, pues el gobernador pandino es miembro del Consejo Nacional Democrático (Conalde), al igual que Mario Cossío, representante de los autonomistas y gobernador de Tarija.

Además de la Fiscalía, dos misiones de la ONU, el defensor del Pueblo y la Iglesia Católica, entre otros, dilucidarán en Pando las versiones enfrentadas de la matanza y si fueron sicarios pagados por el prefecto quienes ametrallaron a los campesinos desarmados o si entre éstos también había armas.

En cualquier caso, estos enfrentamientos han sido los más sangrientos desde que Morales asumiera el poder hace dos años y medio. Por esa ola de violencia del 11-S boliviano dictaron el estado de sitio el viernes por la noche.

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