Borrar
Urgente Aemet actualiza su previsión y prevé dos días consecutivos de tormentas con granizo en la Comunitat
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dedica un gesto cariñoso al nuevo secretario general del PSPV, Jorge Alarte.
Zapatero eclipsa la proclamación de Alarte como líder del PSPV al ofrecer un pacto a Camps
Tema del día

Zapatero eclipsa la proclamación de Alarte como líder del PSPV al ofrecer un pacto a Camps

El presidente del Gobierno propone llegar a acuerdos en materia de agua, financiación e infraestructuras

MARINA GORDILLO

Lunes, 29 de septiembre 2008, 14:10

El de ayer tenía que ser el día grande de Jorge Alarte, que ha sido el vencedor del congreso del PSPV que se celebraba este fin de semana en Valencia. Pero resulta que el protagonismo se lo arrebató el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, para más gracias al secretario general del PSOE y jefe del Ejecutivo central, José Luis Rodríguez Zapatero. Una situación a la que el nuevo secretario general de los socialistas valencianos va a tener que acostumbrarse.

En un momento marcado por la confrontación institucional entre el Gobierno central y la Generalitat, Rodríguez Zapatero tendió su mano a Francisco Camps. La crisis mundial, la fallida reforma del modelo de financiación autonómica, el previsible rechazo a los presupuestos generales del Estado y, el último acontecimiento, la negativa del Ejecutivo a conceder a las autonomías los anticipos a cuenta de la recaudación de impuestos. Tras el anuncio del Consell sobre un posible recurso valenciano a esta decisión, el presidente mostró, durante el congreso del PSPV, su cara más amable.

Zapatero expresó su compromiso de trabajar conjuntamente con todas las instituciones, incluida la Generalitat, "por el bien de los valencianos". Tras cuatro años de enfrentamientos, ofreció llegar a acuerdos en materia de financiación autonómica, agua, infraestructuras y sectores industriales estratégicos. Un ofrecimiento que lanzó desde la tribuna del congreso del PSPV y del que esperó recibir una respuesta "favorable".

Ahora bien, segundos antes de la propuesta, el presidente del Gobierno arremetió contra su homólogo en la Comunitat por buscar el conflicto. En su opinión, los políticos que "sólo viven de criticar al Ejecutivo de España" lo hacen porque "quizá no dan más de sí". Especial mención mereció la aplicación de la Ley de la Dependencia en la Comunitat, o la peculiar implantación de Educación para la Ciudadanía.

Frente a ello, aseguró que siempre que algún miembro del Consell ha llamado a la puerta de La Moncloa, se la han abierto. Ya metido en faena, Zapatero aseguró que el Gobierno central está cumpliendo con todos sus compromisos con la Comunitat, y seguirá haciéndolo.

Así, desgranó algunos datos que reflejan que el Ejecutivo estatal ha multiplicado por 23 la inversión real en el AVE Madrid-Valencia para que éste llegue en 2010 con todas las garantías, y ha incrementado en cinco veces los recursos para los aeropuertos valencianos. En materia de agua, Zapatero valoró que, en los últimos años, se hayan incrementado los recursos de la Comunitat en más de 300 hectómetros cúbicos y, "en un tiempo razonable", se alcance la autonomía en el abastecimiento. Por último aseguró que, a pesar de la petición perenne del Consell de 2.000 nuevos agentes de Policía Nacional y Guardia Civil, la Comunitat ha recibido 3.300 efectivos extra.

Oposición firme

El nuevo secretario general del PSPV no fue tan abierto de brazos como Zapatero. Jorge Alarte avanzó que sería "implacable" en su oposición a la Generalitat. El primer aviso se lo lanzó a Francisco Camps, con quien se reunirá en breve. Alarte aceptó la oferta del Molt Honorable de reclamar juntos lo que necesitan los valencianos, pero le dio la vuelta como quiso; advirtió de que no aceptaría las reivindicaciones del "victimismo estéril" del jefe del Consell, y enumeró las suyas: más democracia en las instituciones, menos manipulación informativa, servicios públicos para todos, etcétera. Es decir, que será el perro guardián de las competencias de la Generalitat.

Ése fue el mensaje que quiso trasladar Alarte en su segunda aparición pública como líder de los socialistas valencianos. La presencia del presidente del Gobierno, la euforia de la victoria ya asimilada, el ligero incremento de apoyos para la ejecutiva y una audiencia de mil personas dan alas a muchas ilusiones.

Los dos dirigentes que iban a tomar la palabra sobre el escenario escenificaron su complicidad, la misma que ha llevado a Alarte a liderar a los socialistas valencianos, al entrar juntos al Palacio de Congresos. Lo hacían solo unos metros por detrás de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro de Sanidad, Bernat Soria; el vicesecretario general del PSOE, José Blanco; la secretaria de Organización, Leire Pajín, y el presidente de la ya disuelta gestora del PSPV, Joan Lerma, que no podía ocultar en su rostro las ganas de que aquello terminara.

Durante su intervención ante el plenario, el secretario general del PSPV volvió a improvisar, como hizo el sábado (por lo que temió que Blanco le riñera). El recién estrenado líder socialista recogió un consejo que le había brindado el presidente del Gobierno central unos minutos antes: hay que ir a ganar la calle. Pero fue más allá y, en un arranque de esa autoconfianza que destila por todos sus poros prometió que, el último domingo de mayo de 2011 (es decir, en las próximas elecciones autonómicas) conseguiría un millón y medio de votos y que, nueve meses después (en las elecciones generales de 2012), la Comunitat aportaría a Zapatero los diputados que le faltan para lograr la mayoría absoluta en el Congreso.

El presidente del Gobierno tuvo que frenar el ímpetu del joven secretario general, al que recordó que la que ahora inicia es una carrera de fondo, por lo que es mejor empezar "despacio" e ir "poco a poco" sumando el respaldo de los ciudadanos de la Comunitat a las políticas socialistas. Para eso, le mostró que lo primero es tener claro "un proyecto que coincida con el tiempo en que vivimos y aquello que representamos". Es decir, propuestas que aún no ha desvelado.

Zapatero recomendó a Alarte que construya un modelo político socialista "que conecte con esta tierra"; es decir, "progresista, serio, organizado y con la garantía de que puede volver a representar a la mayoría" en la Comunitat. Y que tenga "una mirada amplia", la que corresponde a una sociedad cada vez más abierta a la Unión Europea y al mundo.

Para el presidente del Gobierno, todo eso es tanto o más importante que ganar las elecciones en la Comunitat, algo que también reconoció fundamental cuando hay un Consell como el de Francisco Camps.

Valencianos de confianza

Aún así, Rodríguez Zapatero mostró en repetidas ocasiones su apoyo y el de toda la dirección federal, hacia el secretario general electo y la nueva ejecutiva, desvelada ayer. Una deferencia que hizo extensiva a todo el PSPV e, incluso, a toda la Comunitat al reconocer que, si hay dos personas que son de su confianza, ésas son María Teresa Fernández de la Vega en el ámbito del Ejecutivo, y Leire Pajín en el del PSOE; la primera de origen valenciano, la segunda arraigada en Alicante. Y lo confesó ante otro ministro valenciano, Bernat Soria, y el anterior número tres del partido, José Blanco.

El secretario general del PSOE se felicitó al comprobar que "hay cantera" en el partido. Zapatero consideró que los miembros de la nueva ejecutiva suponen una garantía de futuro para el PSPV por sus "nuevas ideas". Por eso, valoró que el congreso que ayer tocaba a su fin había sido el de la "esperanza" por una sociedad mejor, y que lejos del cónclave habían quedado las palabras "resignación y amargura", que en otras épocas habitaban en la sede del PSPV en Blanquerías.

Según avanzó el propio presidente del Gobierno durante su intervención, se reunirá con la ejecutiva de Alarte "cuanto antes" porque, según confesó, tiene ganas de conocer a sus componentes. Eso sí, no desaprovechó la ocasión para sugerir que el encuentro se produjera alrededor de "una buena paella o un buen arroz alicantino".

Antes de esa cita, Zapatero tuvo el detalle de dar un consejo a la nueva dirección. Para ganarse la confianza de los ciudadanos, dijo, hay que "cumplir con la palabra dada, saber escuchar y ser agradecido". El secretario general del PSOE hizo referencia a la escasa diferencia de votos entre Alarte y el otro candidato, Ximo Puig, de sólo 20 votos. En su momento, el hoy presidente del Gobierno ganó al mítico José Bono por nueve míseras papeletas, "y mírame". Y, frente a los posibles recelos que el equipo de Alarte pueda recibir desde la mitad vencida en el congreso, advirtió a sus miembros de que aquellos que les rechacen por ser demasiado jóvenes, en realidad es porque les tienen miedo.

La de la juventud era una de las principales armas de campaña del nuevo líder de los socialistas valencianos, que comenzó esta empresa con 34 años y ha conseguido su objetivo a las puertas de los 36.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Zapatero eclipsa la proclamación de Alarte como líder del PSPV al ofrecer un pacto a Camps