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Vida y Ocio

El nieto de Cortina confirma que las pinturas del Ateneo son de su abuelo y no de Sorolla

El descendiente del artista desea legar 8 cuadros del pintor a la Comunitat, tal como quería su madre

LOLA SORIANO

Jueves, 2 de octubre 2008, 04:16

"Los frescos de los techos del Ateneo Mercantil y de la casa del fotógrafo García son obra de mi abuelo, Antonio Cortina, al igual que las pinturas del altar mayor de la iglesia de Almàssera o las pinturas de la parroquia de San Roque de Oliva y de San Bartolomé de Valencia", confirma su nieto, José Ramón Albelda Cortina, ahora afincado en Argentina (Buenos Aires).

Las pinturas objeto de la polémica son el fresco central titulado la y los cuatro ángeles alados que le acompañan, unas obras propiedad del Ateneo Mercantil y que han sido restauradas por el Instituto Valenciano de Restauración, institución que en principio ha atribuido la posible autoría a Sorolla.

Aunque algunos expertos en arte que se han pronunciado estos días en prensa apuntan que detrás de estos frescos podría estar la firma de Sorolla o Pinazo, el propio nieto de otro pintor valenciano como Antonio Cortina -anterior en época a los dos primeros- asegura a LAS PROVINCIAS que, sin lugar a dudas, el pincel es de su abuelo. "Todo lo que sé me lo contó mi madre, la hija del pintor. Ella siempre me decía que su padre había pintado los techos del Ateneo Mercantil y de la casa del fotógrafo García, con el que mi familia tenía una gran relación. Incluso me relató la anécdota de que uno de los evangelistas que pintó en la iglesia de San Roque de Oliva era un autorretrato de mi abuelo, ya que el rostro es el del propio pintor", comenta José Ramón Albelda.

Este valenciano explica que la pintura de que está en otro de los techos del Ateneo Mercantil también es de su abuelo, "y el boceto de la figura de la se encuentra en el Museo González Martí de Valencia (Marqués de Dos Aguas)".

El descendiente de Cortina indica que todos estos detalles son testimonio directo de su madre, quien antes de morir le confesó que deseaba que la obra de Antonio Cortina volviera a Valencia. "Mi madre me dio oralmente instrucciones de su deseo y yo quiero hacerlas cumplir. Tenemos en casa ocho obras de mi abuelo con cuadros al óleo de mi abuela (esposa de Cortina), de su suegra, de varias modelos que posaron para él y también dibujos a carbón", explica emotivo José Ramón Albelda Cortina.

Investigadoras de arte

Si importante es el testimonio de este valenciano para identificar la autoría de las pinturas recuperadas por el Instituto Valenciano de Restauración, no menos indicativo es el trabajo de dos investigadoras valencianas, concretamente Carmen Pinedo y Elvira Mas Zurita, que han escrito el libro -editado por el Institut Alfons el Magnànim- donde demuestran que la autoría de las pinturas del Ateneo Mercantil de Valencia y también de la casa del fotógrafo García (suegro de Joaquín Sorolla) es de Antonio Cortina.

"Casualmente un día fuimos a ver una exposición de Almàssera donde se rendía homenaje a Cortina, como hijo de la villa. Vimos un cuadro de Cortina propiedad de la familia Lladró titulado y, de inmediato, las dos nos dimos cuenta de que esa pintura tenía la misma mano que los techos del Ateneo Mercantil. Poco tiempo después, revisando prensa del siglo XIX nos encontramos con el artículo de un periodista que describía con todo lujo de detalles el fresco que estaba en casa del fotógrafo García -estancia que luego compró el Ateneo Mercantil para ampliar su edificio- y decía claramente que era de Cortina", describen Pinedo y Mas Zurita.

Como anécdota, explican que la mujer vestida que aparece en el fresco ahora restaurado es la propia mujer del pintor, puesto que era su musa. Estas dos investigadoras añaden que en la Sociedad Valenciana de la Agricultura, con sede en la calle de la Paz, también hay otro fresco de Cortina y las características son similares.

Amistad y admiración

Sobre la atribución de las pinturas a Sorolla y Pinazo -en vez de a Cortina- Pinedo y Mas Zurita apuntan que los tres pintores en realidad guardaban una gran relación. "Sorolla y Pinazo decían que Cortina era para ellos un maestro y puede que estos adoptaran en su juventud la pincelada suelta que aplicaba Cortina. Esta similitud y el hecho de que en la historia haya trascendido más la firma de Sorolla y Pinazo que la de Cortina, que ha tenido menos reconocimiento, pueden haber llevado a la confusión".

Otro dato relevante que explican, para dejar claro que los frescos son de Cortina, es que fueron pintados entre 1882 y 1886, cuando Sorolla estaba en Roma. "Casualmente Cortina era uno de los miembros del tribunal que concedió la beca a Sorolla", añaden.

La amistad y admiración de Sorolla y Pinazo con Cortina fue tal, según estas investigadoras valencianas, "que artistas valencianos como Agrasot, José Benlliure, Francisco Domingo, Emilio Sala, Cecilio Pla y, por supuesto Sorolla y Pinazo, recogieron dinero para poder traer los restos mortales de Cortina desde Madrid, lugar donde falleció, a Valencia, donde le hicieron un panteón en una parcela que fue cedida por el Ayuntamiento de Valencia".

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