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CARMEN CERVERÓ
Sábado, 4 de octubre 2008, 04:48
Joaquín Camarasa se quedó de piedra al observar que era la única persona que asistió al sorteo de 30 viviendas protegidas en Algemesí. Este vecino, que aún se encontraba convaleciente debido a una intervención quirúrgica, acudió para representar a su hija María, una de las aspirantes a este piso, quien no pudo asistir porque estaba trabajando.
De esta forma, el Teatro Municipal se quedaba más que grande para este acto, que esperaba reunir a más de un centenar de personas, en lo que iba a ser una mañana llena de alegrías. Sin embargo, esta jornada sorprendió a los concejales de los diferentes partidos de la oposición, a los miembros de la empresa promotora Patrimonios del Levante, así como al alcalde de la ciudad, Vicent Ramón García, quienes se quedaron perplejos ante la inexistencia de público.
García atribuyó esta falta de asistencia a que es una época "en que los vecinos ya han empezado a estudiar y a trabajar, estamos en el inicio de la campaña de la naranja y hay mucha gente que se encuentra fuera y no ha podido venir".
Respecto a este tema, el único asistente aseguró: "Esto parece una protesta por todo lo que ha ocurrido con estos pisos".
Más caras
Y es que la VPO ya no es un chollo para quienes desean adquirir una vivienda. En estos momentos, una de renta libre es más barata que una VPO en Algemesí, ya que ahora las viviendas protegidas cuestan 20.000 euros más que una normal, que tienen un precio de 125.000 euros, la más barata, y 130.000 la de mayor superficie.
"En estos momentos Algemesí tiene viviendas de renta libre de entre 125.000 y 130.000 euros cuando hace unos años se vendían por 200.000 euros. El precio está bajando bastante porque no se vende nada", aseguró García.
De esta manera, unas 110 personas, entre adjudicatarios y reservas, renunciaron a estos pisos en el primer sorteo de julio, debido al aumento del precio de los mismos, que osciló entre los 28.000 y los 34.000 euros.
"La diferencia entre la promesa electoral del PSPV, de un coste de 120.000 euros, a la baremación final de entre 148.000 y 154.000 es el resultado de una mala gestión que realizó el anterior gobierno socialista, al solicitar VPO de régimen concertado en vez de régimen general, que en estos momentos resulta más económica", sostuvo Vicent Ramón García.
Otro factor era las condiciones de pago que obligaban a los futuros propietarios a abonar el 20% del precio final en septiembre y más de 8.000 euros a la entrega de llaves, prevista para julio de 2009.
El sorteo de ayer es la segunda convocatoria que se celebra, ya que sólo seis personas, de las 36 y los 80 reservas elegidos el pasado mes de julio, se quedaron con una de las viviendas de las torres Residencial Los Sueños, con garaje y trastero.
A pesar del casi inexistente público, el sorteo de las viviendas que quedan por adjudicar transcurrió como estaba previsto. De esta forma, se asignó un orden de reserva para las 228 personas que se quedaron fuera en el primer sorteo celebrado el pasado mes de julio y que ahora vuelven a tener una oportunidad para conseguir una casa.
Las papeletas que contenían todos los nombres de los vecinos que solicitaron estas viviendas se metieron en las tres urnas colocadas encima de la mesa, que correspondían a los diferentes tipos de pisos, entre los que se encuentran dos viviendas adaptadas para minusválidos, y una portavoz se encargó de ir leyendo los nombres y el orden que le correspondía a cada uno.
Al no presentarse ninguno de los futuros propietarios, Vicente Ramón García explicó que se irá "llamando a todos, por el orden que han salido en el sorteo para ver si reúnen las condiciones necesarias para adquirir el tipo de piso para el que han sido elegidos, si lo pueden pagar y si quieren quedarse con la vivienda".
Por su parte, Joaquín Camarasa comentó que su hija "tiene ilusión de que le toque esta casa, pero no sé si será posible a ver si tenemos suerte con la hipoteca, de momento ella está trabajando para poder pagarlo en el caso de que sea una de las agraciadas. Hoy en día la situación está difícil y los jóvenes lo tienen mal para encontrar una casa".
Sin embargo, tendrá que esperar para saber si la suerte ha llamado a su puerta, ya que a mitad del sorteo abandonó el Teatro sin saber si su hija era una de las afortunadas.
laribera@lasprovincias.es
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