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BURGUERA
Miércoles, 15 de octubre 2008, 04:52
Los conocedores de las cuentas del Grupo Sáez Merino señalan que el problema de la empresa textil valenciana no es coyuntural, sino estructural, y los datos les van dando la razón día a día y punto por punto. La firma reconoció ayer a sus trabajadores que desde 2004 ha acumulado pérdidas por valor de 99 millones de euros, lo que da una idea bastante aproximada del desfase que la gestión de la empresa ha sufrido en los últimos cinco ejercicios. Después de que la pasada semana se anunciase la presentación ante los tribunales de la liquidación del grupo empresarial, ayer se reunió la dirección de la firma comercializadora de Lois, Caroche y Cimarrón con los representantes sindicales de los 342 empleados que aún trabajan para la empresa. En el encuentro, además de las cuantiosas pérdidas de los últimos años, la dirección propuso "un permiso retribuido a los trabajadores hasta que se produzca la liquidación", según fuentes de UGT asistentes a la reunión. Los sindicatos rechazaron la propuesta y aseguraron que los integrantes de la plantilla no abandonarán sus puestos "mientras no haya un expediente de regulación o una liquidación". Las mismas fuentes señalaron que la reunión con la empresa sirvió "de poco" y que fue decepcionante. De hecho, los interlocutores de Sáez Merino dijeron desconocer asuntos de vital importancia sobre el destino de la empresa. "No se sabe si se contempla una liquidación con continuidad de la actividad, no se sabe quiénes son los dueños de las marcas que comercializmos, ni los activos con que se cuentan, de modo que para los trabajadores es imposible hacerse una composición de lugar", señalaron desde UGT. Como ya adelantó LAS PROVINCIAS, las marcas que en su día fueron la bandera del grupo textil valenciano pasaron hace varios años a ser propiedad de una empresa afincada en Madeira. Los sindicatos mostraron su sorpresa al comprobar que a la reunión, convocada desde hacía semanas, no asistió nadie de la familia Sáez Merino, que ya ha contratado a un abogado ante el proceso de liquidación. Los sindicatos reclaman repetidamente desde la semana pasada, cuando se anunció el inicio de la liquidación, la presencia de Vicente Sáez Merino, el consejero delegado de la empresa, quien no ha dado señales de vida frente a la plantilla. De momento, y siempre según fuentes sindicales, poco se puede hacer en la empresa "porque las cuentas están bloqueadas hasta que pasen a manos de los administradores concursales". "Todo es una tomadura de pelo y durante la reunión se ha evidencia la tensión y la profunda insatisfacción que los trabajadores arrastran ante la gestión de la empresa", indicaron desde UGT. Los trabajadores quieren reunirse con el juez Fernando Presencia, responsable judicial del proceso de liquidación.
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